viernes, 16 de septiembre de 2011

Feeder: Renegades (2010)



Feeder ha sido durante la pasada década una de mis bandas favoritas de rock, a medio camino entre el mainstream y lo alternativo. Probablemente lo mejor de su carrera ya ha pasado, al menos el bajón comercial así parece sugerirlo. Y posiblemente consciente de ello su líder, Grant Nicholas, ha optado por dar un paso más en su faceta más rockera, dejando a un lado guitarras acústicas, arreglos orquestales y medios tiempos más o menos melódicos en pos de un estilo más crudo y mejor adaptado para interpretaciones musculosas en directo.

El resultado es un álbum muy corto (apenas 35 minutos), enérgico, sin preámbulos ni rellenos. El primer corte ("White lines") ya nos desvela lo que debemos esperar: más ruido y rabia que composiciones memorables. Justo a continuación, el primer sencillo ("Call out") encaja perfectamente en el concepto global del mismo: más rápido, con un cierto toque al punk-rock de la costa Oeste de EEUU y una melodía má que digna. El tercer corte y segundo sencillo ("Renegades") es uno de los momentos álgidos del álbum: aun manteniendo la energía y el estilo crudo de los anteriores, es una evidencia de que a Nicholas no se le ha olvidado encajar logradas secuencias de acordes para las distintas partes, por mucho ruido que las envuelvan.

A partir de entonces se alternan los momentos más o menos "prescindibles", abusando de clichés rockeros por encima incluso de los estribillos más o menos disfrutables que siempre cabe esperar ("Sentimental", "This town", "Barking dogs", "Left foot") y los que demuestran que aún se pueden esperar buenas composiciones de los galeses: "Down to the river" encajaría perfectamente en sus mejores álbumes, con sus segundas voces coreables, sus distintas partes perfectamente arregladas y su atmósfera depresiva, "Home" es la máxima expresión de lo que pretende el álbum con su ritmo vertiginoso y sus riff machacones a la par que disfrutables, y "City in a rut" podría pasar por un tema de la mejor época de Terrorvision.

Así, hasta llegar a "The end", el tema que en el que Nicholas se pregunta a sí mismo: "Is this the end of the road?". Tengo el convencimiento de que en algún momento no fue sólo una pregunta retórica, sino un cuestionamiento real a la continuidad de la banda. Pero también tengo la impresión de que la respuesta es no, de que Feeder ha entregado el álbum que les apetecía: un álbum de transición que a mi modo de ver ha sido más una terapia de desintoxicación comercial por vía rockera que les reconcilie con sus actuaciones en vivo y que les pueda permitir volver a entregar álbumes intachables como los que facturaron hace unos años. Confiemos en que así sea.

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