domingo, 13 de noviembre de 2011

Noel Gallagher's High Flying Birds (2011)




Los tres últimos álbumes que publicaron Oasis (aquellos en los que Gem Archer, Andy Bell y el propio Liam Gallagher se encargaban de componer aproximadamente la mitad de sus temas) fueron en mi opinión sensiblemente más flojos que sus cuatro primeros, en los que la tarea creativa recaía casi exclusivamente en Noel Gallagher. El mayor de los Oasis siempre intentó "vender" esa diversidad de compositores de la segunda época de su banda como una forma de enriquecer su propuesta musical, a semejanza de sus admirados Beatles. Pero para muchos de sus seguidores (entre los que me incluyo), fue más una forma de ocultar su menor capacidad creativa: en lugar de álbumes enteros, se contentaba con entregar cinco o seis temas.

Que la ambición musical de Noel Gallagher disminuyó hace ya una década lo confirma que ni siquiera su salida airada de Oasis en 2009 desencadenó una rápida publicación de un álbum 100% propio. Como si no necesitara reivindicarse, ha tardado tres años en publicar su primer disco. Y sin apenas concesiones: "sólo" 10 temas, y algunos, descartes del último álbum de Oasis, el irregular "Dig out your soul". Al menos, eso sí, todos firmados por el propio Gallagher.

¿Y el resultado? Pues a poco que hayamos seguido la trayectoria del mancuniano, todas nuestras asunciones serán acertadas: muchos medios tiempos, menos vena rockera que Oasis, instrumentación entre clásica y retro, arreglos complejos... hasta su voz nos resulta familiar después de que en cada una de las últimas entregas de Oasis se mostrara cada vez más reacio a dejarle la parte vocal de sus composiciones a su hermano Liam. En suma, todo bastante predecible.

Ahora bien, obviando la ausencia de sorpresas y analizando tema a tema el disco, tendremos que admitir que ha entregado una obra muy superior a la publicada por sus ex-compañeros como Beady Eye. En la que hasta el orden de las canciones está cuidado con mimo: el álbum se abre con el estupendo "Everybody's on the run", el cual comienza con las voces de los músicos preparándose para la grabación, seguidas de un largo minuto instrumental hasta que por fin aparece la voz de Noel, anticipando un estribillo emocionante resaltado por una sección de cuerda envolvente; y se cierra con "Stop the clocks", en la que aparte de lo explícito del mensaje y de unos interludios guitarreros francamente recomendables en los que el tema va ganando energía de manera natural, no puede faltar la coda de rigor: un epílogo instrumental a modo de jam session, ideal para cerrarlo.

Y entre esos dos, otras ocho composiciones con un nivel medio alto. Quizá las dos más flojas sean precisamente los dos sencillos extraídos hasta la fecha "The death of you and me", un tema de estilo un tanto rancio (con solos de trompeta y golpes en la caja con cada compás del estribillo) y "If I had a gun" (algo superior gracias a un estribillo convincente aunque tarda en llegar, pero que abusa de los "aaah"s). Sin embargo, del quinto al noveno corte del álbum el disfrute está completamente asegurado: "(I Wanna Live in a Dream in My) Record Machine" es un tema apoteósico a lo "Champagne supernova" (con un acertado solo de guitarra y una brillante parte nueva en su tramo final), "AKA... What a Life!" es una bonita melodía , algo más rápida y con ritmo más contundente de lo habitual, sustentada por un piano de acompañamiento relativamente fuera de lo esperable, "Soldier Boys and Jesus Freaks" es otra melodía estupenda con un aire retro menos añejo que el de "The death...", "AKA... Broken Arrow" es mi favorita, una de esas canciones intemporales en la que Noel exhibe todo su talento a la hora de enlazar acordes en las distintas partes y construir sobre ellos una melodía insuperable, y "(Stranded On) The Wrong Beach", es el logrado reverso acelerado de aquel "Son of nature" del quinto álbum de Oasis.

En suma, un album previsible y poco arriesgado, sí, con unos sencillos no muy bien escogidos y sin el impacto que le otorgaba a las composiciones de Noel la voz de Liam Gallagher. Pero quien tuvo retuvo, amigos, y a Noel no se le ha olvidado componer grandes temas pop y rock. Así que no creo exagerar si afirmo que estamos ante uno de los discos de 2011 que se acerca a su fin.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Ladytron: Best of 00–10 (2011)



Ahora que se acerca la Navidad un álbum recopilatorio suele ser un regalo seguro. Y en mi opinión uno de los recopilatorios más interesantes que se ha publicado en este 2011 ha sido el "Best of" de Ladytron. Se trata del primer album de esas características del cuarteto (mitad masculino, mitad femenino) de Liverpool, y constituye un resumen acertado de los momentos álgidos y más accesibles de sus más de 10 años de carrera.

Siempre he pensado que el formato álbum de estudio le viene grande a Ladytron. Su estilo, a medio camino entre el synthpop y la New Wave, ha venido caracterizado (y a menudo lastrado) por la voz escasa de recursos, susurramente (y abusivamente reverberada) de Helen Marnie, por unas letras tan escasas que a menudo obligan a decenas de repeticiones, y por un gusto indisimulado por la instrumentación oscura, en la que los diferentes instrumentos son a menudo difíciles de discernir. Esa simplicidad vocal y esa linealidad en los arreglos provocan que sus distintas composiciones se nos muestren más parecidas de lo que en realidad son, y que sólo aquellas más logradas puedan considerarse realmente representativas (y recordables).

Por eso este recopilatorio resulta mucho más disfrutable que cualquiera de esos álbumes, con la seguridad, además, de que no se han quedado grandes "joyas" excluidas. Significativamente, sólo hay un sencillo de su álbum de debut, ese "Playgirl" que definía su estilo y que permitió a la crítica (un tanto exageradamente) emparentarlos con The Human League (20 años después). De su segundo álbum, más representado, debemos destacar "Seventeen", una de las mejores composiciones de la banda, y dos temas que nunca vieron la luz como sencillo, "Cracked LCD" y "Light & magic", menos accesibles pero cautivadores. Del tercero, el mejor según los críticos, mencionar "Destroy everything you touch", que abre el recopilatorio y que a mi modo de ver, sigue siendo el mejor tema de su carrera (y uno de los mejore de la pasada década) por su contundencia irresistible, pero también el guitarrero "The last one standing", que nunca vio la luz como sencillo a pesar de su cadencia infecciosa. Y desgraciadamente, también "Fighting in Built Up Areas", una composión más propia de una jam session, monocorde y chirriante: si van a pagar separadamente por bajarse cada una de las canciones del recopilatorio, no duden en ahorrarse ésta...

Su cuarto álbum está representado por sus tres sencillos, una terna irresistible: "Ghost", un potente tema que podría ser considerado incluso rock duro, de no ser por sus arreglos de electrónica barroca, "Runaway", que podría haber firmado el propio Martin L. Gore, y "Tomorrow", en la que casi podemos imaginar el bajo de Peter Hook en medio de una oscuridad sinfónica pero adictiva. Y como gancho y forma de dar a conocer la publicación del recopilatorio, dos temas nuevos: "Ace of Hz", una composición oscura en la línea de sus últimos años y "Little black angel", más rápido y claramente bailable de lo habitual, y que es una versión de un grupo poco conocido llamado Death in June. Como ven, razones más que suficiente para incorporar este album a nuestra discoteca particular.

Mencionar, por último, que hace unas cuantas semanas Ladytron acaban de publicar su quinto álbum de estudio, "Gravity the seducer": veremos si sigo manteniendo mi impresión de que habrá que esperar a su futuro segundo recopilatorio para disfrutar de sus dos o tres temas más logrados.