domingo, 23 de abril de 2023

Say Hi - "Elocution Prattle" (2023)

Con esta entrada voy a reseñar por vez primera a un veterano de la escena independiente estadounidense: Eric Elbogen, o lo que tal vez les resulte más familiar, su alter ego Say Hi. Activo desde 2002, durante sus primeros años el proyecto musical del artista afincado en Seattle se llamó Say Hi to Your Mom, y se encuadró dentro de lo que podríamos denominar rock alternativo, con un punto entre canalla y hortera. A esa época pertenece la que sigue siendo su canción más conocida, "One, Two ... One". Pero después de más de quince años de carrera, en su décimo y antepenúltimo álbum ("Caterpillar Centipede" (2018)) Elbogen empezó a añadir sencillos sintetizadores a su energía rockera, como lo refleja "I Just Wanna Go Home". Y en 2020, con su penúltima entrega ("Diamonds & Donuts"), la transición del rock a la música sintetizada se hizo evidente: "Lookachu". Aunque a mi modo de ver quedó también patente que su timbre y su manera de cantar no eran las más adecuadas para el giro estilístico que le estaba dando a su propuesta.

Quizá porque Elbogen llegó a la misma conclusión, o simplemente porque le apetecía completar esa transición estilística con todas sus consecuencias, en el álbum que hoy les traigo, y que ha visto la luz a principios de año, ha abrazado íntegramente la música electrónica instrumental: ni una sola intervención vocal, ni siquiera un sampling o una parte declamada. Nada de voz, sólo él con sus sintetizadores y sus cajas de ritmos. Una apuesta muy arriesgada tanto para sus seguidores tradicionales como para el público en general, y más teniendo en cuenta que el derroche creativo ha sido de tal calibre que el disco lo conforman nada menos que ¡veinte canciones! Algo absolutamente inusual en los tiempos que corren. Y sin embargo, una jugada de la que sale airoso, hasta el punto de haberme animado a crear una entrada dedicada al disco.

Dos aciertos evidentes sustentan ese resultado satisfactorio. El primero y más evidente es la duración de todas las canciones: solamente una supera los cuatro minutos, y salvo dos más breves, el resto dura más de dos minutos y medio. O lo que es lo mismo, Elbogen ha huído de las canciones de desarrollo lento y minutaje alto que suelen caracterizar al género, y ha logrado así una inmediatez y una frescura que facilitan la escucha íntegra del álbum, así como su disfrute de principio a fin. Y el segundo y más complicado de percibir, es que no ha escatimado en componer "a conciencia" cada canción, con su progresión armónica bien definida, sus melodías claras y su evolución continua. Es decir, pop de los sesenta reconvertido en música sintetizada de los veinte: inmediato y evocador. Y con un guiño a la personalidad de su creador: los originalísimos títulos de todas ellas.

Al ser todos los temas instrumentales y de instrumentación relativament similar, es complicado reseñarlos todos invidiualmente, pero lo voy a intentar. El que lo abre, "Decidiuos Architectures", es un buen ejemplo de lo que encierra el álbum: sintetizadores bien definidos, repiques que generan una alegría efímera, y una calidez inusual en este tipo de música. Con una caja de ritmos escueta y casi ausente, pero original en su concepción en el punto del tema en el que aparece. "It's Springtime And The Aphids Have Arrived", siguiente corte, equilibra un piano rápido con un bajo sintetizado y sobre él comienza a deslizar sintetizadores acuosos que nos trasladan a la placidez de un remanso de agua invadida por los nocivos áfidos. "Metaphisical Crystals" es uno de mis momentos favoritos del disco: pausado, con una percusión muy original, una melodía cristalina y hasta tarareable, y una atmósfera evocadora. "Duologues Multilogues" es un tema que genera desasosiego con su atmósfera especial y su bajo y su teclado infecciosos, pero que luego evoluciona hacia otros terrenos más delicados. "Existential Friendlessness" es casi un himno a lo Vangelis, sin ritmo percutido que lo sustente y sí con apoteósicos pasajes en los que los nuevos sintetizadores juguetean con melodías originales.

"Halftone Polyhedra", el sexto corte, es el del ritmo binario más marcado para los que esperan su dosis de música de baile. No suena demasiado actual, pero la superposicion de sintetizadores obsesivos y las frecuentes paradas funcionan. "Technicolor Jitter At The Absinthe Club" parece una banda sonora de una persecución policial por una ciudad futura, sensación reforzada por una batería de sonido analógico y muy original. Los diversos efectos y una melodía principal ayudan al disfrute del conjunto. "Starlight Mosses" es otro de mis pasajes preferidos: una balada intimista pero con los elementos que maneja Elbogen, de suerte que su sintetizador principal podría perfectamente ser reemplazado por una emocionante parte vocal. "Happiness (In The Abstract)" es otro de esos momentos que justifican la reseña del álbum: acordes mayores, bajos trotones, una melodía principal que insufla felicidad como su título indica, y diversos sintetizadores de texturas y sonidos muy diversos que, sin embargo, se complementan a la perfección. "Encyclopedic Forestry", el décimo corte, es una canción delicada, que conquista suavemente, sin extridencias, y que crece conforme avanza el minutaje hasta llegar a ese fantástico sintetizador que simula un coro celestial.

"Quintuple Rainbows", el tema que daría comienzo a la segunda mitad del álbum (o, en formato vinilo, al segundo de los dos que lo conforman), es un medio tiempo agradable y que mantiene el nivel pero que transita por zonas similares a otros anteriores, y por tanto puede resultar reiterativo. "Clouds, Just Some Cool Clouds" es el primer interludio, demasiado corto para ser analizado. En cambio, "Eric Was Nine In 1985" es otro de mis temas preferidos del disco: un nuevo medio tiempo sin ritmo percusivo, como siempre con una buena progresión armónica de base, y con unas melodías principales de una excelente sensibilidad en sus distintos tramos, y el espacio suficiente entre ellas para que el tema se expanda y nos envuelva. "Babbles And Pembam" es un tema cadencioso, de ambientación espacial, sintetizadores de sonidos casi desagradables, y un tanto frío en general. "Ephemeral Memoirs", el decimoquinto corte, acelera el tempo, pero no logra recuperar esa sensibilidad emocional de la primera mitad del álbum, y sus chirriante superposición de sintetizadores termina de evidenciar que estamos ante un momento menor.

"Licorice Gusto" es casi una pieza de música sinfónica actualizada al año 2023, con su sección de cuerda, sus timbales, y esa especie de guitarras distorsionadas que se van intercambiando para sostener la progresión armónica, de resultado muy agradable. "Instructional Astrology" me parece el último gran momento del álbum: una vuelta a los pioneros de la música electrónica como Jean-Michel Jarre de finales de los setenta, con esa cadencia de bajo sitentizado y esos deliciosos sintetizadores que se desdoblan por los dos canales, acelerando hasta conferirle un ritmo muy saludable a su tramo final. "Lavish Suppers Of The Modern Wraiths" llama la atención por su ritmo sincopado de tempo alto; progresión armónica y sus melodías entrecortadas rayan a buen nivel, y las paradas y la tensión generada hacen el resto. "Pantone Chrysanthemums" es el segundo y último interludio instrumental. Y el derroche creativo del álbum lo cierra "Constellation Afterlife", otro medio tiempo que va entrando poco a poco y que, sin ser uno de sus mejores momentos, sí que es eficaz como colofón al viaje por el universo personal de Say Hi, en especial gracias a esa "arpa" sintetizada que lleva la melodía principal.

Al final, a pesar de los relativamente pocos elementos puestos en juego por Elbogen, la hora de duración de "Elocution Prattle" transcurre a toda velocidad. Y el álbum gana más y más con cada escucha, conforme nuestra retentiva va siendo capaz de reconocer y aislar los distintos temas. Y es que pese a ser un disco con pocas bazas para llamar la atención incluso entre los aficionados a la música electrónica instrumental (pocas percusiones, muy poco orientado a la pista de baile, no apto más que para determinadas situaciones), la calidad de sus creaciones inclina claramente la balanza a su favor, como lo muestra la gran cantidad de temas para los que he incluido su enlace a Youtube. Incluso aunque su segunda mitad resulte claramente inferior a la primera. En todo caso, su difusión muy minoritaria va a provocar que este acertado giro estilístico de Say Hi sólo sea apreciado por unos pocos. Entre los que espero que se encuentren ustedes, porque el álbum lo merece.