El regreso de Avec Sans tras su estupendo álbum de debut en 2016 se ha hecho mucho de rogar, probablemente demasiado. Y cuando por fin ha empezado a ser anticipado por los sencillos de rigor, ha sido para confirmar que no debíamos esperar la excelencia del primero. Porque los tres sencillos que han visto la luz a lo largo de los últimos meses quedan claramente por debajo que casi cualquiera de los de "Heartbreak Hi", evidenciando notables problemas de inspiración. Una impresión que se ha visto confirmada cuando hace unas semanas se ha publicado este "Succession": tan sólo nueve cortes y media hora es muy poco para un lustro de creación, se mire como se mire.
Si todavía esos seis temas que han completado la entrega hubieran mejorado el nivel de los tres ya conocidos, el disco aún podría haber evitado la temiada palabra: decepción. Que sin embargo es la sensación predominante tras unas cuantas escuchas. Tanto, que he estado a punto de no reseñarlo. Lo peor es que creo que podrían haber evitado este paso atrás si, al menos, hubieran añadido un par de temas de tempo alto y ritmo cuaternario que los entroncaran con los grandes momentos para las pistas de baile de su debut y sacaran "Succession" de la monotonía de ritmo pausado. Y si en estos cinco años no los han conseguido componer, que hubieran tirado de un par de versiones, pues el dúo ya nos ha demostrado su talento para apropiarse de canciones ajenas. Al final, he considerado que el 2021 sigue siendo un año especialmente flojo para el panorama musical, y la exhibición de ideas para instrumentar temas pop de Jack St. James y las cualidades vocales de Alice Fox aún son dignas de una reseña, por decepcionante que resulte.
Los dos minutos de "I will be with you", tercer sencillo, reflejan bien lo que nos vamos a encontrar en el álbum: electrónica de ultimísima generación arropando melodías agradables pero a veces un tanto edulcoradas, de tempo lento y percusiones escasas e intermitentes. Sin ser una maravilla, "Altitude", el sencillo que anticipó el álbum el año pasado, es uno de los momentos álgidos del álbum. Otra vez la instrumentación peca de variar excesivamente casi en cada compás, hasta el extremo de quedarse sólo la voz de Fox y un instrumento para llevar la progresión armónica hacia la mitad del tema, y el ritmo es excesivamente sincopado, pero el tempo está más alineado con los del primer álbum, el estribillo es luminoso, la parte nueva es bonita, y sobre todo los tramos instrumentales resultan disfrutables con ese original bajo sintetizado que recorre las escalas a toda velocidad. "Slow dance down", tercer corte y segundo sencillo extraído, insiste en el tempo lento para una melodía vocal post-procesada casi con tantos efectos como los que adornan toda la electrónica del tema. Que resulta agradable pero sin gancho a la vez que lastrado por ese ritmo sincopado que arranca, se detiene y salta una y otra vez.
Por si aún no habíamos tenido bastante lentitud, "All the while" baja incluso los bpms y nos ofrece una balada con una letra meritoria que va jugando con los distintos tiempos que puede significar "while" en cada estrofa, y unos adornos de reminiscencias étnicas a lo de Odesza, pero bastante monótona hasta su minuto final, donde una parte nueva más inspirada mejora un poco la impresión general. "Succession (What You Don't Know)", el tema que da título al álbum, se supone que debería ser uno de los momentos estelares, y aunque sigue sin llevar el tempo a niveles hedonistas, dentro de lo cabe la original percusión electrónica de sus estrofas y el largo y elaborado estribillo no están mal, pero su nivel a duras penas le habría permitido entrar en "Heartbreak Hi". "Tell me" avasalla desde el primer momento con su instrumentación tan creativa como entrecortada y chirriante, pero al menos llega a la categoría de medio tiempo, lo que ya es un logro ante tanta pausa, y su estribillo demuestra que a los británicos aún les llega alguna vez la inspiración, convirtiéndose en mi opinión en el segundo tema del álbum que cumple las expectativas que ellos mismos forjaron hace un lustro.
"Tokyo moon" inicia el último tercio del álbum sin moverse de los parámetros ya conocidos: sobredosis de ideas y efectos para envolver melodías bien interpretadas pero dependientes de la inspiración que en este caso sí posee el doble estribillo, si bien las anodinas estrofas y el continuo vaivén de percusión que va y viene lastra en parte el resultado. "Backtrack", inminente cuarto sencillo dentro de unos días, es probablemte la mejor canción de las seis que han completado el disco: otro medio tiempo, sí, pero la melodía ahora sí es inspirada de principio a fin, St. James está relativamente comedido con la instrumentación, mostrando todo lo que puede hacerse con la tecnología de 2021 pero sin apabullar, y el intervalo instrumental a lo future-bass (lo podría haber firmado Ilenium) rematan el segundo mejor momento del álbum. Que cierra "Little heart attack", cómo no otra balada de continuos detalles instrumentales y cierto tono apoteósico con reminiscencias a la música tradicional de las islas (el sintetizador que complementa los estribillos podría pasar por una gaita sintetizada), pero que pasa sin pena ni gloria.
En lugar de poner tanto foco en la instrumentación, que requiere innumerables escuchas en cada tema para familiarizarse con todos los cambios y todos los estimulantes sonidos que nos proponen, el dúo debería haber repartido esos esfuerzos en la creación de más y mejores canciones. Y no deberían haber perdido de vista que el trascendental segundo álbum es el que marca la carrera de cualquier artista, y si querían mantener a sus seguidores tendrían que haber ofrecido más temas de tempo alto, más en línea con su primer disco y más adecuados para conciertos y festivales. Ahora mismo los que hayan logrado mantener, que entre el lustro transcurrido y la parsimonia de las nuevas canciones no serán demasiados, estarán desconcertados ante la futura propuesta musical de la banda. O incluso respecto a su futuro en sí, pues el paso atrás ha sido muy peligrosos y, o reaccionan rápido, o podrían haber firmado su sentencia. Esperemos que reconozcan sus fallos, redoblen sus esfuerzos, y vuelvan por donde solían sin tener que esperar otros cinco años.
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