sábado, 17 de septiembre de 2011

¿Cuándo una canción es buena?



Sin duda ésta es una de las preguntas que todos los que escuchamos música nos hemos hecho alguna vez. De modo más general podría haber planteado la pregunta así: ¿Cuándo un álbum es bueno? Pero dado que un álbum está compuesto de una serie de canciones, parece lógico reflexionar directamente sobre lo que pretende significar el calificativo "bueno" a nivel de canción. En esta entrada intento dar algunas claves para responder a esta pregunta.

La música es un arte cuyo objetivo primordial es provocar algún tipo de emoción (alegría, melancolía, rabia, excitación, etc.) en el oyente. Por tanto, cuando una persona, independientemente de sus conocimientos musicales, nos dice que "una determinada canción es buena" lo que debemos entender es que para esa persona esa canción es capaz de emocionarle, al menos en alguna medida. Desde ese punto de vista, canciones buenas son las que nos gustan, y dado que se está expresando un sentimiento, estamos ante una declaración tan personal que siempre debemos respetarla.

Ahora bien, en el mundo se crean cada año miles y miles de nuevas canciones, y es imposible incluso en esta era de internet poder escuchar todas y cada una de ellas. Se impone, pues, algún tipo de criterio a la hora de seleccionar la música que escuchamos, para tratar de asegurar que escuchamos música "buena". Selección que, para la inmensa mayoría de las personas que escuchan música, viene marcada por lo que promocionan en cada momento los medios de comunicación de turno. Ello implica que su selección entre "bueno" y "malo" se efectúe entre un subconjunto muy delimitado de canciones y con unas características muy concretas (no hay que olvidar que el mundo musical es un negocio muy lucrativo). Cierto es que el acceso a internet ha abierto todo un abanico de posibilidades a la hora de poder escuchar más canciones y con ello poder ampliar horizontes musicales. Pero en general lo que cabe esperar es que el público cuyo contacto con la música es exclusivamente dirigido por los poderes mediáticos tenga un concepto de "bueno" bastante pobre: ni tienen una cultura musical amplia, ni probablemente dominan un instrumento, ni mucho menos han llegado a componer nunca su propia canción. Con lo cual su opinión es esencialmente prescindible.

En un grado superior se sitúan aquellos que, bien por medio de las nuevas tecnologías, bien por estar en contacto con otros melómanos más evolucionados, poseen una cultura musical amplia (que abarca varios estilos, incluso varias décadas), pero que no dominan un instrumento musical y que nunca han creado sus propias canciones. Su concepto de "bueno" es más interesante, pero no deja de ser un concepto de carácter enciclopédico, externo... Es como el buen aficionado al fútbol que nunca ha jugado realmente en alta competición. Nos sorprendería la cantidad de supuestos entendidos y críticos musicales que encajan en esta categoría.

A un nivel superior se encuentran las opiniones de aquellos que tienen una amplia cultura musical, dominan un instrumento (incluso puede que dominen su propia voz), pero que nunca han llegado a componer sus propias canciones. Además del conocimiento externo, el dominio de uno o más instrumentos les permite apreciar la riqueza, la complejidad o la originalidad de una determinada canción, pero aún les falta un paso para que lo que ellos denominen como "bueno" lo sea en grado superlativo.

Evidentemente, la conclusión natural de lo expuesto hasta ahora es que la mayor probabilidad de que una canción sea realmente "buena" es que así lo entiendan muchas de aquellas personas que, junto con una amplia cultura musical, dominan uno o más instrumentos (incluyendo a ser posible su propia voz), y tienen una probada experiencia en la creación de sus propias canciones a partir de un pentagrama en blanco. Son ellos quienes mejor pueden desentrañar "el grano de la paja", y emocionarse ante un cambio de tonalidad heterodoxo, unos arreglos inverosímiles o una voz que lleva una determinada melodía a extremos sobrecogedores sin necesidad del lucimiento personal. Independientemente del año en que se compusiera, de si la difundió una multinacional o una independiente, o de si obtuvo o no determinados premios. Ése es, en la modesta medida de mis posibilidades a la hora de elaborar este blog, el enfoque que yo pretendo dar al término "bueno".

Así que ya sabe, toda canción puede ser "buena" para quien escucha música, pero en realidad la música "buena" sólo están en condiciones de apreciarla unos pocos.

2 comentarios:

  1. Me ha gustado tu reflexión en este artículo.

    Entonces, si Estopa (creo que ellos mismos componen sus canciones) consideran bueno Extremoduro, ¿debemos darles credibilidad? :-P

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  2. Es un buen corolario a mi afirmación, evidentemente en sentido negativo. Pero me cuesta creer que los buenos de Estopa tengan una amplia cultura musical.

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