domingo, 23 de febrero de 2014

Haim: Days are gone (2013)

De las bandas que han debutado en el 2013 que nos dejó hace unas semanas, una de las que más repercusión ha tenido tanto a nivel de crítica como a nivel comercial ha sido el de las californianas Haim. El trío formado por las hermanas Alana (vocalista principal, guitarra), Danielle y Esti Haim ya había publicado sus primeros temas en 2012, pero su debut en formato álbum en octubre pasado las ha encumbrado a lo más alto de las listas de álbumes británicas, y al puesto número 6 en las estadounidenses, a la vez que recogía críticas claramente favorables en las distintas publicaciones especializadas, figurando en el "top 10" de muchas de las listas de mejores álbumes de 2013. Algo parecido a lo que sucedió en 2012 con los Imagine Dragons, como ya reseñé en este mismo blog: sin ser artistas de una calidad excepcional, sí que conjugan una comercialidad y una creatividad más que interesantes en un momento en que la disociación entre ambos mundos, el comercial y el creativo, es máxima.

Ante todo, no debemos dejarnos guiar por su imagen plenamente folk, ni por las referencias que las sitúan como un grupo de rock deudor de Fleetwood Mac. Haim es un grupo esencialmente pop, que recupera las melodías y buena parte de los ticks del pop estadounidense de los años 80 y primeros 90, en un abanico de referencias que abarca desde Blondies hasta The Go Gos y The Bangles. Un pop en el que la nota de personalidad la ponen los fraseos largos con notas de duración corta en cada verso, una seña de identidad que puede complicar en ocasiones la comprensión de los textos. El álbum se abre con "Falling", que fue el tercer sencillo del disco y llama la atención por su peculiar percusión y el juego de voces que realizan las tres hermanas en el estribillo. Sin ser un temazo, gana con cada escucha, al igual que la mayoría de su repertorio. El segundo corte es "Forever", que fue el primer sencillo de su carrera, descubriendo su pop de guitarras con los justos toques temporáneos y las melodías cristalinas de los ochenta, aunque en mi opinión lo más reseñable es la parte nueva a minuto y medio del final ("Go go go go, get out of my memory...").

"The wire" es el cuarto sencillo, y en mi opinión el mejor tema del álbum, como ya puse de manifiesto al seleccionarlo para mi lista de canciones internacionales de 2013: un medio tiempo con guiños country, una lograda instrumentación (incluyendo un certero pizzicato de cuerdas sintetizadas en el tramo final), un doble estribillo muy recomendable, y las tres hermanas asumiendo la voz principal en algún momento. "If I could change your mind" es un tema más oscuro, menos brillante, con una bonita entrada al estribillo y los teclados synclavier reforzándolo. "Honey and I" es un tanto cursi, debido a su letra melosa y sus armonías blanditas. Le sigue "Don't save me", que fue el segundo sencillo de su carrera, y aunque ena mi modo de ver es el menos logrado de los cuatro, cuando llega la entrada al estribillo se aprecia una clara mejora, corroborada por un estribillo absolutamente ochentero e igualmente disfrutable.

"Days are gone" es la canción que da título al álbum, y no por cierto de las mejores, a causa de unos teclados más que cuestionables y un estribillo en falsete no muy afortunado. Aunque el peor tema del disco es sin duda "My song 5", todo un tratado de experimentación mal digerida. "Go slow", además de ser efectivamente un tema lento, mejora el nivel de las dos anteriores gracias a su original percusión, a sus armonías vocales envolventes y a un tramo final de una calidad muy destacable. "Let me go" es, otro de los momentos álgidos del álbum, pues las lleva a un registro opresivo al comienzo, a unas reminiscencias africanas cuando entra la percusión en la segunda estrofa y a un inesperado solo de guitarra en el tramo final sobre voces que van y vienen. La versión oficial del álbum se cierra con "Running if you call my name", la balada del álbum, tenebrosa en su mayor parte, y con un estribillo que es puro The Bangles. Si bien en la versión Deluxe podemos encontrar dos descartes más que interesantes: "Better off", con su batería machacona y una excelente melodía a dos voces, y "Send me down", construida sobre un original teclado que predomina en cada compás y unas bonitas estrofas.

Soy consciente de que su pop directo y para (casi) todos los públicos puede provocar el rechazo de una parte de los lectores de este humilde blog. Pero si se le da una oportunidad, es un álbum que admite múltiples escuchas, que permite descubrir un incuestionable talento para componer siete u ocho temas de calidad, y que además nos proporcionará unos cuantos estribillos que se pegarán a nuestro cerebro durante varias jornadas. Si bien es cierto que deben mejorar sus cualidades vocales (especialmente Alana, muy floja en directo), que de momento carecen de cimientos suficientes para labrarse una larga trayectoria en el panorama musical, y que por tanto están a expensas de que no se les apague la inspiración compositiva. Esperemos que les aguante.

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