El nuevo álbum de Polly Scattergood va a ser el tercero que voy a reseñar en este blog durante el presente 2013 de artistas británicos más o menos electrónicos que dieron la campanada en el año 2009 con sus álbumes de debut y que se han demorado nada menos que cuatro años en publicar su continuación. Los dos primeros, Delphic y Little Boots, no han justificado tan larga espera: los primeros directamente se han enzarzado en un cambio de estilo que les ha restado calidad y ha puesto en peligro su continuidad, y la segunda ha optado por un house indie que no realza sus composiciones y le reste tirón comercial. El de Polly Scattergood no supone un retroceso tan manifiesto como los dos anteriores, entre otras cosas porque la repercusión comercial de su debut fue mucho menor, aunque también porque, como tendré ocasión de reseñar en los siguientes párrafos, es un álbum más continuista que el de aquellos. Por cierto, que aún hay un cuarto caso británico y electrónico pendiente de continuación desde 2009: LaRoux, que no parecen saber cómo mantener el listón de su fantástico debut.
Para los cuatro años transcurridos, "Arrows" es un disco relativamente escuerto (sólo 10 temas). Y a diferencia de su álbum de debut, la cantautora británica ha compartido esfuerzo compositivo en esta ocasión con otra persona, Glenn Kerrigan (lo siento, no tengo referencias sobre él) en casi todos los temas. De hecho, "Cocoon", la canción que lo abre y segundo sencillo, es una de las dos que firma Polly en solitario. Es una buena manera de empezar el álbum, aparte de uno de sus temas más redondos, con su bonita progresión armónica principal, su quebradiza e intimista voz y un logrado colchón electrónico al que sólo le falta algo más de originalidad en su tramo final para completar un temazo. Pero el resto del álbum baja un poco el listón. Un buen ejemplo es "Falling", segundo corte y primero de los tres temas rápidos estratégicamente distribuidos a lo largo del álbum para compensar tanta introspección y melancolía: un tema correcto, con un bajo sintetizado a lo Peter Hook, pero con un estribillo demasiado entrecortado y cierto estilo anodino. "Machines" es otra composición correcta, una balada espartana durante tres cuartas partes que se convierte en una furiosa reivindicación de la condición humana en su tramo final.
Aunque no lo parezca al principio, "Disco damaged kid" es otro rápido y bailable tema electrónico, presidido por un piano programado y efectos plenamente contemporáneos muy en la línea de Mute Records, un punto superior a los dos temas anteriores pero sin llegar a fascinar. "Colours colliding", quinto corte, es una cadenciosa balada que vuelve a enfocarse en el atormentado mundo interior de Polly, con otro ratito de rabia e instantes en los que su voz está a punto de quebrarse. "Miss you" sufre por el hecho de ser otro tema lento más, en este caso de corte mucho más clásico (voz y piano durante la mayor parte del mismo), y uno de los estribillos más bonitos del disco. "Subsequently lost" es el tercer tema rápido, y se beneficia del cambio de ritmo respecto a los dos temas anteriores, además de que con su bajo 100% electroclash, las palmadas sintetizadas en su primer estribillo, y un logrado segundo estribillo que comienza con "I miss you most..." es otro de los momentos más interesantes del álbum.
El tramo final del disco lo inaugura "Silver lining", probablemente el tema más experimental, con su atmósfera etérea y un tanto inquietante y su recitado final, aunque también uno de los menos disfrutables (excepción hecha de la parte nueva, que introduce sabiamente cuando reivindica aquello de "I feel no pain"). "Wanderlust", primer sencillo, está situado a propósito como penúltimo tema, intentando trasladar al melómano el mensaje de que "Arrows" es mucho más que un par de sencillos y ocho temas de relleno. Se trata de un disfrutable medio tiempo, con un brillante comienzo, protagonismo especial para los teclados sintetizados y una melodía cautivadora tanto en las estrofas como en los tramos nuevos (bueno, y también con un excelente video-clip). Y "I've got a heart", el tema que lo cierra y segundo firmado en exclusiva por Polly, es otra balada clásica, tierna, en la que ella desnuda sus sentimientos con la mejor letra del álbum ("I'll sit with a paper and a pen just writing shit until I fall asleep..."), y una rara habilidad para colar efectos que adornen las estrofas a la vez que unas previsibles slow strings realzan el estribillo. Para mi gusto es junto con "Cocoon" el mejor tema del disco, y una muy adecuada manera de cerrarlo.
En definitiva, "Arrows" es un disco bien producido, personal, que saca buen partido de los mejores temas escritos por la británica en estos años con una correcta estructuración, duración y ubicación, que no defraudará a los que busquen música electrónica ni a los que busquen música con sentimientos. Pero que a los puntos pierde frente a su álbum de debut por haber perdido el factor sorpresa y arrinconado su vocación de poetisa urbana y no haberlos contrarrestado con algún tema más que dejara a un lado su complejo mundo interior y cruzara la frontera entre lo correcto y la excelencia.
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