sábado, 13 de octubre de 2012

Pet Shop Boys: Elysium (2012)

Los incondicionales de Pet Shop Boys están de enhorabuena en este 2012. Apenas hace medio año de la publicación de "Format", su segunda recopilación de caras B y descartes de álbumes ya reseñada en este mismo blog, cuando reaparecen con su nuevo álbum de estudio, el undécimo de su carrera. Un disco grabado en Los Ángeles bajo la producción de Andrew Dawson (Kayne West, Jay-Z...) y que se aparta del pop artificial y un tanto impersonal del fallido "Yes" (2009), buscando un sonido más clásico y reconocible.

Si se fijan he usado el gerundio "buscando" en lugar del deseable "consiguiendo", porque sin ser un mal álbum, "Elysium" es irregular, muy poco arriesgado y una nueva confirmación de que en los últimos 15 años (desde "Bilingual") el dúo británico ha sido incapaz de entregar un disco realmente redondo. Además, la participación del mencionado Dawson dista de ser espectacular: básicamente se ha limitado a potenciar la parte vocal de Neil Tennant (que tiene la voz doblada en dos o incluso más tonos en la mayor parte de los temas), y a potenciar una instrumentación relativamente poco tecnológica (especialmente evidente en las baterías, mucho más simples de lo habitual en Pet Shop Boys) y un cierto aroma añejo.

El álbum se abre con "Leaving", segundo sencillo y estupendo reflejo de lo que nos espera: un disco agradable, pausado, sin excesivas pretensiones. Aunque probablemente en otras épocas de mayor creatividad este tema no hubiera pasado de ser un tema más del álbum. Le sigue la monótona "Invisible", mal ubicada dentro del disco, por su larga duración y su lentitud, y con una progresión armónica demasiado simple. Así, cuando llega "Winner", primer sencillo y tercer corte, su luminosidad es muy de agradecer. Lo que lastra a este tema y le ha impedido convertirse en un éxito masivo son sus arreglos demasiado convencionales y su letra ingenua (y un tanto oportunista en plenos J.J.O.O. de Londres). Pero si nos abstraemos de estos aspectos sin duda se trata de una excelente composición, con una progresión armónica muy superior a la inmensa mayoría de los temas que se componen hoy en día, y que puede apreciarse en toda su magnitud en la versión instrumental que acompaña a la edición Deluxe.

Le sigue "Your early stuff", un tema muy corto y prescindible, cuyo único interés es su letra irónica y reflexiva. Sensiblemente superior es "A face like that", que recrea a propósito el estilo disco de sus primeras composiciones hace 30 años, con detalles tan evidentes como un bajo a lo "Opportunities" o una percusión electrónica a lo "Paninaro". Lástima que Neil no haya estado demasiado inspirado a la hora de adaptarle una melodía a la composición de Chris.

A continuación viene otro tema lento, la acústica y olvidable "Breathing space". "Ego music", el siguiente corte, es el tema más cínico y arriesgado del disco, con una letra excelente y una música no del todo lograda, más propia de una cara B experimental que de este disco pretendidamente convencional. "Hold on" adapta una pieza clásica de George Frideric Handel, y pone en evidencia que la música contemporánea no siempre logra digerir esta clase de composiciones, pues el resultado es realmente flojo. Tras ella, "Give it a go" remonta ligeramente el vuelo gracias a un estribillo correcto, aunque en conjunto recuerda demasiado a la atmósfera del desafortunado "Release" (2002).

Afortunadamente, cuando ya parece que el disco se encamina hacia la más absoluta mediocridad, "Memory of the future" nos demuestra que aún son capaces de firmar temas memorables: un medio tiempo con unas estrofas crudas, un puente inteligente y un estribillo emocionante, en el que Tennant sobrecoge con su "it's taking me all of my life... to find you". Además, la parte nueva es meritoria y la instrumentación (ahora sí) se adecúa perfectamente a la canción con su continua evolución de inspirados sintetizadores y efectos varios. Sólo un escalón por debajo se encuentra el siguiente tema, ese "Everything means something" menos accesible con su sonido duro a lo Depeche Mode, interrumpido periódicamente por un inquietante, melancólico e inesperado estribillo. Por último, "Requiem in Denim and Leopardskin" deja un sabor de boca mejor de lo esperado con su mezcla de pop relajado y ambiente festivo-discotequero que recuerda a "Saturday night forever".

Así, el balance final es un disco que gana con creces a "Release" y a los puntos a "Yes", y que cuenta además con un par de temas dignos de sus mejores momentos, pero que nunca figurará entre los favoritos de sus seguidores. Es una sensación más agridulce si cabe tras escuchar los temas que acompañan al sencillo "Winner", puesto que han dejado fuera de este álbum su mejor tema de su genuino synthpop bailable en unos cuantos años ("A Certain "Je ne sais quoi"") y una inteligente apropiación del "I started a joke" de los Bee Gees, que los muestran en mejor estado creativo de lo que en realidad refleja "Elysium". Y es que siempre he pensado que lo mejor es que un álbum no sea conceptualmente homogéneo, sino que contenga las mejores canciones posibles en cada momento.

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