domingo, 23 de septiembre de 2012

Gossip: A joyful noise (2012)

El de Gossip era sin duda uno de los álbumes más esperados de 2012. Y es que el trío estadounidense de indie-rock dio de lleno en la diana con su anterior entrega ("Music for men" (2009)), en la que sin dejar de lado su rock espartano, directo y excelentemente ejecutado, se acercaron con acierto a otros géneros como el pop electrónico o la música de baile. Me imagino que el éxito no sólo de crítica sino comercial (su sencillo "Heavy cross" se convirtió en el más vendido de la historia en Alemania) les hizo reflexionar sobre el camino a seguir, y al final se decantaron por contar con Brian Higgins (Xenomania) a la producción, probablemente buscando un éxito masivo a nivel internacional.

Pero lo cierto es que, al menos para mí, Higgins dista mucho de ser un mago que convierta en oro todo lo que toca; es un productor sobrevalorado. Con lo cual me esperaba un disco inferior al anterior y que probablemente les restaría parte de su acusada personalidad en beneficio de un sonido pop más tamizado e impersonal. Desgraciadamente mis expectativas no podían estar más encaminadas.

Y es que este álbum pretende ser un compendio de rock, pop, indie, house, soul, incluso funk, pero desgraciadamente no llega a abrazar abiertamente ninguno de esos estilos, lo que le resta cohesión y afecta negativamente a la impresión general. Mención especial para la guitarra de Nathan Howdeshell, que se bastaba y se sobraba con su talento y sus múltiples registros para llenar los temas de sus otros discos, y que sin embargo queda aquí relegada a un segundo o incluso tercer plano, oculta entre efectos y sintetizadores no siempre acertados. Pero es que incluso Beth Ditto, una de las mejores voces del rock actual, canta a veces cohibida, intentando adherirse a patrones interpretativos convencionales y perdiendo así parte de su energía y naturalidad.

Por esta misma razón tenía especial interés en comprobar cómo interpretaban en directo los temas de este álbum. Y como era de esperar, se les nota más libres y más fieles a sí mismos que en el disco, aunque es de resaltar que el trío se ha convertido en cuarteto por la necesidad de incorporar un teclista que participe en todos los temas. Eso sí, debo reseñar que a pesar de los defectos reseñados y de que ni siquiera esas concesiones les han permitido alcanzar el éxito a nivel mundial esperado, hay unos cuantos buenos temas.

Entre los que probablemente no se incluya el primer sencillo "Perfect world", que sin ser una mala canción adolece de ese afán por contentar a audiencias de estilos alejados del rock (menos evidente en directo), y que incluso hace que Ditto flojee un tanto en los tonos bajos. Ni el siempre trascendente tema con que se abre el álbum, ese "Melody emergency" pesado y simplón. Pero sí el oscuro "Get a job", con su aire funky, una letra simpática y más profunda de lo que parece (y unos teclados demasiado amateurs), o especialmente el segundo sencillo, ese "Move in the right direction" que sí que logra el equilibrio entre música pop y sonidos bailables sin que Gossip pierdn demasiada personalidad.

Otros buenos momentos del álbum son "Casualties of war", un medio tiempo con un emocionante estribillo que sí que permite a Ditto dar rienda suelta a su voz desgarrada, "Get lost", con unas estrofas ambientadas en el sonido disco de finales de los 70 y un teclado house más propio del Chicago de finales de los 80, "Involved", un tema tenso, oscuro y con un estribillo desgarrado, "Horns", la mejor heredera del sonido de su anterior álbum con su bajo slap, sus guitarras funky y su sección de viento sintetizada, e incluso la entretenida "I won't play", con su bajo sintetizado y sus redobles de cajas en el estribillo.

Desgraciadamente estos buenos momentos se ven lastrados por varios temas menores (además del ya citado "Melody emergency", la anodina "Into the wild", y la insustanciosa "Love in a foreign place" con la que se cierra el álbum, el último ejemplo de que, como bien dice el refrán, quien mucho abarca, poco aprieta).

En definitiva, 6 o 7 buenos temas (aunque sólo uno realmente apto para un público masivo), pero 4 tirando a flojos y una producción discreta y que les resta personalidad. Con lo cual el álbum es disfrutable por momentos, pero no supondrá el punto de inflexión que buscaban. Una lástima, pues era el momento de convertirse en un supergrupo a nivel mundial y me temo que no habrá una segunda oportunidad.

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