lunes, 29 de octubre de 2012

The Killers: Battle Born (2012)

Superar "Day and age" (2008) se antojaba una misión imposible para el cuarteto de Las Vegas. Con su eclecticismo, su derroche creativo y su toque comercial, fue el álbum que confirmó a The Killers como uno de los (pocos) supergrupos del panorama musical a nivel mundial. Probablemente abrumados por la cota de excelencia que alcanzaron, han tardado 4 largos años en volver con un álbum de nuevas canciones, tiempo que han dedicado en su mayoría a proyectos independientes. Al final, y como era de esperar "Battle born" no supera a "Day and age", pero lo que es sorprendente es que estamos sin duda ante la peor entrega de su carrera.

Aparte de la responsabilidad a la que acabo de aludir, es probable que también haya influido en el resultado final la diversidad de productores con la que han trabajado: mientras que en "Day and age" Stuart Price extrajo lo mejor de ellos, en "Battle born" sólo produce un tema, la decepcionante "Miss Atomic Bomb", muy alejada del sonido contemporáneo que cabría esperar. Otros productores del disco con más peso en el álbum son Steve Lillywhite, Daniel Lanois y Brendan O'Brian: productores todos ellos con un sonido más bien añejo, con recursos e ideas un tanto superadas. Y cuya influencia se traduce en una pátina de rock "gastado", excesivamente americano, en ocasión deudor de los U2 de hace casi 30 años, en otras palabras, poco más que un batiburillo mal digerido de instrumentos convencionales y sintetizadores de última generación... Sólo Damian Taylor aporta la esperable dosis de contemporaneidad en los dos únicos temas realmente dignos de mención del álbum: "Flesh and bone" y "Deadlines and commitments".

"Flesh and bone" podría haber sido perfectamente un descarte de última hora de "Day and age", pero aquí es la única manera de que al menos el comienzo del disco mantenga el tipo: es una buena progresión armónica, sobre la que Brandon canta estupendamente una bonita melodía en las estrofas. Aunque ciertamente la melodía del estribillo es mejorable, por la excesiva disociación entre los coros que repiten "Flesh and bone" y lo que canta Flowers, y la parte nueva es poco menos que un pegote, especialmente por el uso de una instrumentación completamente al magen del tema. Y "Deadlines and commitments" contiene la mejor interpretación vocal de Brandon, casi en falsete, unas estrofas oscuras y una segunda parte del estribillo sensible y pegadiza.

¿Y eso es todo? Pues casi. Porque aquí no hay ningún temazo que combine calidad y dosis comerciales: ni un "Mr. Brightside", ni un "Read my mind", ni mucho menos un "Human". Y es que el sencillo de presentación, "Runaways", estaba destinado a naufragar en las listas con sus guiños a Bruce Springsteen y sus arreglos ya superados. Pero hay temas aún más flojos: baladas insulsamente convencionales ("Here with me", "Be still"), o medios tiempos olvidables ("Battle born"). Aunque casi disgusta más escuchar canciones que apuntaban a grandes momentos pero que se quedan a medio camino ("The way it was", con unas logradas estrofas y un bonito arpegio en las guitarras, pero con un estribillo grandilocuente y vacío, o "The rising of the tide", que recuerda a la energía rockera de "Hot fuss" (2004), pero con otro estribillo más propio de vacas sagradas del rock venidas a menos).

Como colofón, resulta curioso que el para mí al menos tercer momento interesante del álbum (sin ser tampoco una maravilla), sea uno de los dos temas nuevos incluidos en la Deluxe Edition: "Carry me home" merecía mejor suerte, pues es uno de los pocos temas en los que tradición y modernidad conviven acertadamente (ese bajo sintetizado en las estrofas es la mejor prueba, aunque su estribillo es también menos histriónico que el de otros muchos cortes del disco).

En definitiva, estamos ante un claro candidato a mayor decepción del año. Tiene pinta de que en cuanto pasen unos pocos meses más, será un disco del que renegarán abiertamente. Y esperemos que enderecen pronto el rumbo: han puesto seriamente en peligro su status de megaestrellas. Y quizá (esperemos que no) incluso su propia continuidad como banda.

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