Un aficionado a la música pop-rock contemporánea que no se resigna a que creer que ya no se publica música de calidad.
viernes, 30 de diciembre de 2011
Erasure: Tomorrow's world (2011)
En mi entrada del pasado mes de Octubre dedicada al nuevo álbum de Autokratz, "Self help for beginners", ya terminaba referenciando a este otro dúo de pop electrónico inglés, con nada menos que 25 años de carrera a sus espaldas, lo que lo convierte en una referencia obligada para las nuevas generaciones. La noticia es que, casi un lustro después, vuelven a la actualidad con un álbum de nuevas composiciones, nada menos que el duodécimo de su carrera. Y es que llegar a publicar 12 discos de composiciones originales es un hito no demasiado frecuente. Creo que merece la pena comenzar esta entrada recalcando ese hecho: independientemente de que nos guste más o menos, toda banda que alcanza esa cifra merece un respeto máximo por su trabajo.
Para tratar de darle un sonido lo más actual al pop electrónico habitual de la banda, Vince Clarke y Andy Bell han contado con los servicios de Frankmusic, el músico y productor que tantas colaboraciones ha realizado en los últimos años y que, dicho sea de paso, apenas había nacido cuando Erasure ya eran una banda de éxito. Pero en la primera escucha este hecho pasa a un segundo plano ante la duración de "Tomorrow's world": en su versión oficial (hay una especial con demos y remezclas), son sólo 9 temas, y lo que es más llamativo, tan sólo 32 minutos en total. Una duración más propia de álbumes de hace 30 o 40 años, y que inmediatamente previene al oyente sobre el estado de forma creativo del dúo: ¿sólo quisieron entregar los temas realmente brillantes? ¿o casi 5 años de ausencia no han dado para más alegrías compositivas?
Pues desgraciadamente lo segundo: la sensación de que el álbum es una mera excusa para recuperar la atención de los fans y salir de gira con sus clásicos de siempre es apabullante. No es que sean temas de pop directo; es que no hay ni el más mínimo exceso instrumental, ni una mínima salida de la estructura de canción pop estándar, ni hueco para la experimentación. Baste decir que ni una sola de las canciones llega siquiera a los 4 minutos... Frankmusic ha proporcionado un sonido algo más actual, pero sobre todo unos arreglos a la moda, con vocoders de última generación, entradas al estribillo que se retrasan cuatro compases, sampleados de la propia canción superpuestos... En suma, una intervención superficial, sin atreverse a restarle protagonismo a la voz de Andy Bell en al menos algún tema, ni terminar de explotar los temas más logrados.
Que la verdad, no hay muchos. Para futuras escuchas dentro de unos años, solamente salvaría dos: "A Whole Lotta Love Run Riot", una historia de una fallida aspirante a estrella de cine, con una bonita melodía en las estrofas y con gancho en el estribillo (y también, dicho sea de paso, los mayores y menos acertados excesos de Frankmusic, sobre todo en el tramo final) y sobre todo "I lose myself", un riff de bajo con mucho gancho (aunque casi oculto por culpa de la producción), expandido con una atmósfera que recuerda a los tiempos más crudos de "Wonderland", y un estribillo casi en falsete pero que no baja el listón.
Por salvar algo del resto, los dos sencillos jamás hubieran tenido tal condición en alguno de sus álbumes más redondos, pero "When I Start To (Break It All Down)" tiene unas estrofas aceptables, y "Be with You" podría ser un tema del nivel de "I say I say I say" si Andy Bell no gritara tanto.
Y pare Vd. de contar: los otros 5 temas probablemente ni siquiera lleguen a ser interpretados en directo durante la promoción de este disco. O lo que es lo mismo, un álbum del que ni ellos mismos querrán oir en unos pocos años. Aunque, mirándolo desde otro punto de vista, que sean capaces de entregar un par de temas decentes tras cerca de tres décadas en activo tampoco está tan mal...
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