Quienes siguen con regularidad este blog saben que desde hace años presto atención a los estadounidenses Odesza, una de las pocas bandas de música electrónica que ha conseguido un reconocimiento masivo de pública y crítica en su país. De hecho hace unos años reseñé "A moment apart" (2017), su álbum de más éxito hasta la fecha, gracias a su sugestiva capacidad de evocación mediante atmósferas envolventes e influencias étnicas. Que sin embargo resultaba, como ya indiqué en su momento, demasiado conservador para mi gusto, sin apenas momentos de tempo alto, con la amenaza del aburrimiento siempre presente y no muy adecuado para el festival o la discoteca de turno. Llama por ello la atención que para el siguiente movimiento de su trayectoria el dúo haya pausado momentáneamente su carrera y se haya embarcado en un proyecto a medias con el para mí desconocido hasta ahora Golden Features, un productor australiano que soló había publicado un álbum hasta la fecha, "Sect" (2018).
Este tipo de aventuras son frecuentes cuando el artista en cuestión no acaba de dar con la inspiración para seguir por su senda habitual, o cuando necesita oxigenar su capacidad creativa con nuevas referencias. Probablemente sea el caso de Odesza, porque sin duda Bronson es una apuesta arriesgada cuando su último álbum había llegado nada menos que al Top 3 en su país. Pero debo reconocer que el resultado merece la pena y supone una saludable reinvención musical que probablemente les dé la energía necesaria para retomar su proyecto principal con ideas frescas. Y es que "Bronson" logra el siempre difícil equilibrio entre dos artistas complementarios pero claramente diferentes, sin que ninguno de los dos fagocite al otro, y sin que el resultado sea excesivamente experimental.
El primer corte, "Foundation", predispone correctamente para lo que nos vamos a encontrar: electrónica elegante y atmósferas envolventes que quedan bien patentes desde el comienzo, pero a las que durante el tramo intermedio del tema se añade un bombo y unos platillos que sin llegar a marcar un ritmo binario claro, avisan de que el álbum va a ser más movido de lo habitual en los americanos. Algo que inmediatamente confirma "Heart attack", el segundo corte además de primer sencillo e indudable tema estrella del álbum. El tempo alto, el bombo en primer plano, los teclados en crescendo y la voz de la para mí desconocida lau.ra sustentan un tema orientado a la pista de baile (a pesar del parón en la sección rítmica hacia la mitad) en lo que parece una clara influencia de Golden Features, que sin embargo mantiene su esperable elegancia y no desentona con el estilo del dúo. "Bline" es un tema instrumental de atmósfera inquietante, con un sampling vocal que podría llegar a cansar y otro ritmo binario contundente complementado por un excelente sintetizador de tono alarmista, que doblarán con talento en sus repeticiones finales. "Know me" es el segundo tema con una interpretación vocal completa, a cargo del estadounidense Gallant: un medio tiempo con una melodía dulce y elaborada que sin embargo no resulta particularmente impactante.
"Vaults", el quinto corte, fue también el segundo sencillo. Es sin duda uno de los temas que mejor entronca con la discografía de Odesza: medio tiempo, voces sampleadas que se repiten una y otra vez, una progresión armónica claramente definida... Pero se agradece el esfuerzo adicional al superponer percusiones electrónicas que aumentan el interés de la pieza hasta el final. Le sigue "Tense", una grata sorpresa: sigue sin ser un tema rápido, pero sí posee una contundencia ruidista que los acerca a sus compatriotas The Crystal Method. Todo ello gracias a un omnipresente loop sintetizado que ya se encargan de distorsionar conforme avanza el minutaje, y que inesperadamente termina en un pasaje casi funerario. "Call out" es el tema más claramente Odesza del disco, y sus bonitos samplings vocales no terminan de cautivar quizá a causa de su ritmo excesivamente simple y sus frecuentes parones.
"Contact", con su ritmo rápido y directo, sus pitches, sus distorsiones y sus crescendo, se asegura de mantener lejos el aburramiento, y es para mi gusto el tema más conseguido del álbum. A ello contribuye sin duda una progresión armónica oscura, obsesiva y bien explotada. "Keep moving", penúltimo corte, fue el cuarto sencillo hace unas semanas, y es el tema más alejado de lo que cabría esperar a priori de los americano: un tema monocorde, con una base rítmica muy elaborada, que podría sonar perfectamente en las sesiones más demoledoras de cualquier madrugada festivalera. Y el disco lo cierra "Dawn", el tercer sencillo, una colaboración a tres bandas con Totally Enormous Extinct Dinosaurs (DJ británico afincado en Estados Unidos). Es el único corte realmente largo, mas de siete minutos, y aunque en su primer tercio parece contundente, y posee buenos tramos instrumentales, termina siendo más una alegoría vocal esperanzadora (ese "Never give it up" que tanto repiten a coro), agradable aunque no del todo redonda.
A pesar de sus diez temas bien definidos, el disco no llega siquiera a los cuarenta minutos, lo que demuestra que Bronson también ha huido del cliché que tan negativamente afecta a la música electrónica consistente en alargar durante minutos y minutos cualquier tema hasta el hastío. Además, en su afán por crear un todo consistente a partir de piezas tan dispersas, todos los temas están enlazados y a veces es incluso difícil distinguier cuando termina uno y empieza el siguiente. Menos encorsetado, más variado y versátil que cualquiera de los álbumes en solitario de Odesza, no pasará a la historia de la música electrónica, ni posee un tema de cabecera que tire del conjunto y les gane nuevos adeptos, pero sí supone un esperanzador comienzo de un nuevo proyecto, a la vez que un disco solvente de principio a fin en este año que tan mediocre ha sido musicalmente hablando en cuanto a nuevas creaciones.
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