domingo, 24 de noviembre de 2019

Geowulf: "My resignation" (2019)

Hace apenas un mes vio la luz "My resignation", el segundo álbum del dúo de origen australiano, aunque residente en Londres, Geowulf. Formada por la excelente cantante e instrumentista Star Kendrick y el multi-instrumentista Toma Benjanin, han sido una de las debilidades de este humilde blog desde que debutaron en formato sencillo hace tres largos años, si bien su álbum de debut "Great big blue" vio la luz hace apenas año y medio. Una circunstancia que me ha pillado con el paso cambiado, pues pensaba que iban a tardar más tiempo en darle continuidad. Por lo cual mi siguiente recelo era constatar si el álbum estaría bien trabajado, o si simplemente habrían corrido más de la cuenta para mantener el foco de los medios sobre ellos y labrarse así una carrera musical duradera.

Pues bien, puedo adelantar que el álbum posee el nivel suficiente para todos aquellos que gusten del equilibrio entre indie-pop y pop ensoñador de corte clásico, sin estridencias. Quizá no haya un par de temas estrellla del calibre de "Don't talk about you" y "Drink too much", falte algo más de experimentación en algún momento, y algunos temas se parezcan entre ellos más de la cuenta, pero lo cierto es que hay buenas melodías, suficiente emoción y la dosis justa de cambios de registro para que "My resignation" se pueda escuchar de principio a fin sin necesidad de pulsar el "forward". Y eso a la hora de afrontar el siempre temido segundo álbum es ya una garantía de éxito.

Con buen criterio el álbum lo abre "My resignation", la canción que da título al álbum y su indiscutible tema estrella. Una composición pop de estructura clásica, de estrofas elaboradas y estribillo sencillo a la vez que de letra desoladora, con unos arreglos muy bien elaborados para armonizar las distintas partes, una poco habitual en estos tiempos subida de tono en la tercera estrofa y una coda final que aprovecha todas las bondades de los tres minutos anteriores. "I see red", segundo corte, fue el primer sencillo en adelantar el álbum: algo más electrónica que la anterior (percusión y sintetizadores programados), llama la atención su estrofa de notas bajas y relativamente desnudas que explota en un estribillo guitarrero y luminoso que mejora la impresión general del tema. "Lonely" fue el último de los sencillos en anticipar el disco: más acústico que las anteriores (ahora todos los instrumentos sí son "reales"), y para mí una evocación perfecta de ese pop elegante que mira con respeto a los sesenta y que tan bien han sabido recrear Saint Etienne en tantas ocasiones (y por cierto con un vídeo en el que Kendrick luce en ropa interior todos sus encantos). Aunque no llega a ser un temazo.

"He's 31" también fue adelantado en formato sencillo hace unos meses: un arpegio de guitarra y la excelente interpretación de Kendrick son los argumentos para engancharnos hasta que aparece esa batería deudora del "Be my baby" de The Ronettes que en mi opinión no le favorece, y más tarde un estribillo que se hace de rogar dos largos minutos pero que cuando por fin aparece evidencia el talento de los australianos para componer melodías extensas e intemporales. "Round and round" es el primer tema con el que puede tenerse la sensación de excesivo parecido a las canciones anteriores, y de hecho la estrofa es simplemente correcta, pero el estribillo con la steel guitar de Benjamin llenando todos los huecos que deja la voz de Kendrick justifica su inclusión en el álbum, en especial con el teclado etéreo que redondea las repeticiones finales. Aunque prefiero "I want you tonight": más oscura y clásica con sus acordes menores llevados por una tradicional guitarra acústica, se trata de otra melodía a la que pocos defectos se le pueden poner, y el arpegio de guitarra de los intervalos instrumentales es tan sencillo como certero.

"Evolution" probablemente sea la letra más original del álbum, sobre unos jóvenes amantes que se plantearon tener hijos ("I wanted your children, It's probably only evolution, Our bodies over reason"), y que cantan sobre un medio tiempo que es puro dream pop de instrumentación convencional y melodía irreprochable sin caer en la cursilería, algo que para sí quisieran otras bandas del mismo corte como The Narrative. Y "Falling" probablemente sea la instrumentación más personal del álbum, desde su chirriante sintetizador del comienzo, pasando por su bajo electrónico, y acabando por esos teclados etéreos que envuelven la sencilla melodía de su estribillo, aunque quizá lo más meritorio sea la larga y elaborada parte nueva. Y "Rainy day" el más flojo, con esa cadencia impostada del country-pop que podría haber interpretado Sheryl Crow, y que encima se ve ralentizada en su simplemente discreto estribillo adornado por un mellotron, tal vez lo único llamativo. "If only I could feel it" es otro lento, más introspectivo que el anterior, sobre un amor no correspondido, que cumple su función pero tampoco destaca especialmente si tenemos en cuenta que apenas dura tres minutos. Y el disco lo cierra "Celebrate", que juega al despiste con su extraño comienzo, pero que termina siendo otra melodía cristalina, de largas estrofas separadas en dos tramo, y estribillo expansivo que viene muy a cuento para rematar el álbum, en especial durante su minuto final, de inesperadas guitarras distorsionadas.

La reseña favorable de prácticamente todos los temas no debería ocultar que el disco dista de ser una gran obra, pues transita casi siempre por las mismas aguas. Pero Geowulf navegan con viento a favor gracias a su capacidad para componer canciones de pop clásico, al margen de las modas, siempre bien arregladas y mejor interpretadas. Por lo que este "My resignation" puede servir como bálsamo desintoxicador para tanto trap, tanto reguetón y tanto streaming de encefalograma plano como nos rodea. Debe de ser que las antípodas están lo suficientemente lejos para mantenerse al margen de estas nefastas modas.

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