lunes, 4 de septiembre de 2017

Furniteur: "Perfect lavender" (2017)

Una entrada más vengo a presentarles un álbum de debut. Ante la escasez de propuestas musicales interesantes por parte de artistas consolidados, lo más interesante de este 2017 está viniendo de nuevos artistas. En este caso se trata del debut del trío estadounidense Furniteur. Hecho a medida de Brittany Sims (voz y sintetizadores), aunque formalmente se hace acompañar de Mike Toohey (sintetizadores, guitarra) y Kevin Bayly (sintetizadores, guitarra), la banda ya debutó en 2014 con un EP que contenía la notable y quizá excesivamente deudora del italo-disco "Modern love". Casi tres años después ha visto finalmente la luz su debut en formato álbum. Aunque casi podríamos hablar de un mini-album, ya que como sucedió hace unos meses con Tiny Deaths, "Perfect lavender" sólo contiene ocho canciones, y dura poco más de treinta minutos. Menos mal que su propuesta tiene argumentos suficientes.

Quizá lo mejor del álbum sea también lo menos bueno: su obsesión por los ochenta. Más allá de la etérea voz de Sims (muy similar a la de Dot Allison, por cierto), los ocho temas no poseen una impronta demasiado personal. Y es que cada uno de ellos se arrima a un momento concreto de esa fructífera década, casi siempre con buenos resultados pero sin conformar un todo homogéneo. Por lo que más que de álbum deberíamos hablar de una simple colección de canciones. De las cuales nada menos que cinco han visto la luz en formato sencillo, lo que predispone a favor de su contenido. Tal es el caso de "Redundant buzz", el tema que abre el álbum, que sin ser mi tema favorito me parece una buena recreación de cómo podría haber sonado un tema perdido del "Low life" (1984) de New Order: parece que escucháramos a Gillian Gilbert con los teclados orquestales o a Peter Hook con los arpegios de bajo. Aunque el tema se sostiene por sí mismo, con su bonita melodía y el cambio de tonalidad en los estribillos. Más floja es en mi opinión "Brat" (palo de golf), otra canción también publicada en formato sencillo, construida sobre su poderosa batería (no programada), y sin progresión armónica que sostenga el tema más que en el simplemente correcto estribillo, que nos recuerda a Thomas Dolby.

"Air castles", tercer corte y también publicado en formato sencillo, parece otra cara B del "What have I done to deserve this?/A new life" (1987) de Pet Shop Boys: una caja de ritmos muy parecida a la del dúo británico en el comienzo, los mismos synclaviers en el estribillo y... todo hay que decirlo, una bonita progresión armónica, una melancólica letra ("Like we were meant to fall in love, building castles in clouds that never come down"), un cautivador estribillo, y unos meritorios intervalos instrumentales. De todas formas para mí la joya absoluta del álbum es "Swimming", extraída también en formato sencillo: un tecnológico bajo sintetizado que da paso a una dulcísima y difícil de interpretar melodía, muy en la línea del synth-pop escandinavo. Que además está perfectamente armonizada con los distintos sintetizadores y las capas de voces, y que se realza con unas inesperadas marimbas electrónicas en su tramo final.

El quinto sencillo y otro de los momentos álgidos del álbum es "Mysteries", un auténtico volantazo estilístico respecto a la dulzura del tema anterior: progresión armónica infecciosa, bajo sincopado que es puro electro, ritmo binario infalible para la pista de baile, y una interpretación vocal a cargo de Sims quizá demasiado etérea para la contundencia del tema. El resto del álbum lo completan los tres temas que no se han publicado en formato sencillo. En primer lugar, "Fault", otro salto estilístico respecto al tema precedente, con su intimista melodía y una notable instrumentación (a mencionar su arpegio de guitarra en el puente, sus redobles de caja, y ese solo de sintetizador que parece interpretado por Vince Clarke). Le sigue "All of the punks", cuyo bajo slap, su guitarra a lo Nile Rodgers y su batería no programada parecen extraídos de un álbum de rarezas de Chic. Y que además de esas influencias funky sorprende con un estribillo declamado en el que Sims juega a ser Deborah Harry. Y remata la terna y este breve álbum "Unforgettable", aglo así como una mezcla entre One Dove y Sheena Easton, sobre una correcta progresión armónica y con una melodía vocal que, aun siendo evocadora, no llega al nivel de los sintetizadores que realzan el estribillo. Y con el último detalle ochentero: ese solo de saxofón, que tanto se empleaba entonces y al que ahora nadie recurre.

Está claro que no estamos ante un álbum perfecto. Es cierto que todos los temas están muy bien armonizados, y la instrumentación va creciendo para sacar lo mejor de ellos. Pero están rematados con un espíritu demasiado retro, sin apenas añadir detalles de contemporaneidad que puedan quitarle a "Perfect lavender" la etiqueta de revival. Y eso, además de la escasa personalidad del conjunto y la muy minoritaria difusión del álbum, les hace correr el riesgo de quedarse en una aventura sin continuidad. Sería una pena, porque siete de sus ocho canciones merecen la pena.

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