jueves, 24 de agosto de 2017

Álbumes decepcionantes de este 2017

Este 2017 se presentaba hace unos meses como uno de los potencialmente más fructíferos de las últimas temporadas musicales, dado que varios de los artistas que tradicionalmente he reseñado en este humilde blog publicaban sus nuevos y esperados trabajos. Sin embargo, al final en mis últimas entradas he hablado casi en exclusiva de álbumes de debut. La razón es obvia: con honrosas excepciones, la mayoría de esos retornos no han respondido a las expectativas, y por ello he decidido no dedicarles entradas individuales. Hasta que hace unos días, al echar la vista atrás aprovechando el periodo vacacional, me he dado cuenta de que son tantos que quizá mereciera agruparlos en una entrada, que al menos refleje que el blog no se ha olvidado de ellos, y que aún espera que puedan remontar el vuelo.

Quizá la mayor decepción hayan sido los británicos Alt-J. Después de dos álbumes con gran personalidad y muchos momentos destacables ("An awesome way", de 2012 y "This is all yours", de 2014), su "Relaxer" de hace unos pocos meses ha bajado muchísimo el nivel. Aún mantienen su personalidad acusada, con los originales juegos instrumentales y corales respaldando los recorridos vocales por la escala pentatónica de Joe Newman, pero la inspiración se les ha evaporado. Algo ya evidente desde el mayor tiempo que han tardado en publicar este tercer álbum respecto a sus dos predecesores, y su mucho menor contenido ("Relaxer" dura veinticinco minutos menos que "This is all yours", y contiene seis temas menos...). Y que se confirma por la irregularidad de los cuatro sencillos extraídos (la lenta y bastante aburrida "3WW" y la cadenciosa y reiterativa "Adeline" distan mucho de "In Cold Blood", quizá el tema que mejor enlaza con los discos anteriores, y "Deadcrush", el tema más interesante por su intensidad de principio a fin). Y que se reafirma cuando se descubre que uno de sus ocho cortes es una muy desafortunada versión de "House of the Rising Sun", que popularizaron The Animals. Todos sabemos que el trío británico puede dar mucho más de sí.

Otra decepción ha sido el retorno del trío californiano Haim. "Something to tell you" también mantiene el estilo de pop colorista, con referencias a los sesenta y los ochenta y las melodías de muchas notas por verso que las caracteriza, pero de nuevo faltan canciones que lo sostengan. Los sencillos extraídos ("Want You Back" y "Little of Your Love") podrían figurar a lo sumo como temas para completar un Extended Play de su "Days are gone" de 2013, pero no se acercan al nivel de "The wire" o "Falling", por poner un par de ejemplos de sus mejores momentos. No sólo eso: la mayoría de los cortes son extrañamente cortos, y sólo a base de repetir con ligeras variaciones los estribillos consiguen llegar a la duración mínima esperable. Tan poca sustancia hay en el álbum que hay que esperar al penúltimo corte ("Right now", una balada que no desentona en su peculiar estilo), para encontrar el único momento realmente descatable.

En menor medida, también ha supuesto una decepción "World be gone", el decimoséptimo álbum de estudio de Erasure. Es cierto que tras más de treinta años de carrera nadie espera otra entrega que se acerque al nivel de "The circus", "Chorus" o "The innocents", pero por ejemplo su anterior entrega ("The Violet Flame", 2014) no desmerecía con el grueso de su carrera y contenía dos o tres buenos momentos. Pero este "World be gone" baja sensiblemente el nivel. Y es que bajo la apariencia de un álbum de madurez, apoyado en textos supuestamente más críticos con la realidad de nuestros días, bajan el tempo de casi todos los temas y enlazan balada con balada, dejando los dos únicos temas medianamente hedonistas y bailables ("Love you to the sky" y "Just a little love", por cierto los dos momentos más dignos) para abrir y cerrar el álbum. Entre medias, más de media hora de pop lento y anodino, cuando no directamente aburrido.

Otra decepción más ha sido el regreso de la estadounidense Michelle Branch, tras nada menos que ¡catorce! años de silencio. La cantautora debutó a comienzos de siglo con dos álbumes de pop rock contundente ("The spirit room", 2001, y "Hotel paper", 2003), muy del gusto del público americano de la época, y la suficiente inspiración en sus mejores momentos para augurarle una larga carrera. Pero se ve que no daba con la tecla con la que continuarlas, y su tercera entrega se ha ido alargando año tras año hasta que por fin en 2017 ha visto la luz este "Hopeless romantic", que se aparta de sus dos primeras entregas con un sonido menos distorsionado y una propuesta más reposada. Y que a pesar de un primer sencillo (de idéntico título) meritorio gracias a su efectiva progresión armónica, no justifica la espera por la escasa personalidad del conjunto. No sorprende que haya tardado tanto en encontrar discográfica para publicarlo.

Aunque me he fijado en estos cuatro ejemplos, ha habido más regresos que no han respondido a las expectativas: Kasabian, Aphex Twin... incluso Imagine Dragons, Portugal. The Man, o Saint Etienne han publicado discos que, sin ser realmente decepcionantes en comparación con el nivel medio de sus carreras, tampoco se han acercado a sus mejores momentos. Y es que parece que el panorama musical en este 2017, con tan pocas ventas físicas, tantos "dinosaurios" rentabilizando canciones de hace varias décadas en giras inacabables, y tanto streaming, no resulta lo suficientemente motivador para que artistas ya consagrados se esfuercen por dar lo mejor de sí mismos. A ver qué sucede con otros artistas fijos de este blog (The Killers, Cut Copy, Liam Gallagher) que publicarán sus nuevas entregas en próximos meses. Me espero cualquier cosa.

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