domingo, 29 de mayo de 2016

Rüfüs: "Bloom" (2016)

El trío australiano Rüfüs ha publicado a comienzos de año "Bloom", el segundo álbum de su carrera. Un álbum en el que han seguido profundizando en su sonido a medio camino entre el pop y el house, con la misma idea de evitar los instrumentos estridentes, de usar profusamente instrumentos no electrónicos como la batería y la guitarra eléctrica para quitar frialdad a su sonido y de recurrir a la envolvente voz de Tyrone Lindqvist para rematar el conjunto. El resultado responde a las expectativas, y para mí al menos es el mejor álbum en lo que llevamos de año: once temas sin ningún relleno y una calidad y una elegancia fuera de toda duda.

El álbum se abre con el que para mí es su mejor tema (aunque increíblemente no haya sido publicado en formato sencillo): "Brighter" es una muestra perfecta de los que la banda propone, baile con clase, partiendo de una base soul (incluyendo un interesante coro durante buena parte del tema), creciendo instrumentalmente a cada compás, hasta llegar a un estribillo pletórico, en el que el bajo sintetizado sincopado pone el contrapunto perfecto a la batería, y con un pequeño tramo instrumental que demuestra lo bien que rellenan el espectro con pocos instrumentos (por ponerle algún pero, decir que la tonalidad es la misma en todo el tema). "Like an animal", segundo sencillo extraído es, pese a situarse un escalón inferior que la anterior, una canción bastante por encima de la media: más claramente pop, repite con unas estrofas relativamente desnudas y un estribillo más instrumentado, con mención especial para el efectivo arpegio de guitarra de Lindqvist. "Say a prayer for me", tercer corte y cuarto sencillo, se desarrolla sobre unos parámetros similares, aunque la percusión arrastrada que complementa la batería de James Hunt le da un toque de originalidad, y el crescendo de "I'll take you further... down the line" engancha durante el minuto que dura.

El siguiente tema es "You Were Right", sencillo que anticipó el álbum hace ya casi un año y otro de sus grandes momentos. Aunque nuevamente sea la misma progresión armónica durante toda la canción, saben sacarle el máximo partido con esa percusión electrónica demoledora con que Jon George completa el estribillo, y otro nuevo crescendo marca de la casa. "Be with You" es en mi opinión el momento más insustancial del album, con ese monótono sampling en su anodino estribillo y nada reseñable en el resto. "Daylight" podría haber sido otro de los grandes momentos del álbum, con su cautivadora progresión armónica realizada por el contrapunto entre la guitarra de Lindqvist y el sintetizador de George, pero el tema amaga y amaga con una explosión instrumental sin llegar nunca a hacerlo (de hecho, no hay un solo bombo), y eso juega en su contra. A "Hypnotised" le sucede algo parecido, aunque en este caso se trate de un dúo con la actriz australiana Dena Kaplan: es una bonita composición que ahora sí enlaza dos progresiones armónicas diferentes en estrofas y estribillo, pero da la impresión de que el tema va a acabar reventando la pista de baile con estas dos visiones de una historia de amor y sin embargo se queda varada en su intento de evocar emociones sin estridencias, muy a lo The XX.

El tramo final del disco comienza con "Tell me", menos arriesgadas en su propuesta que las dos anteriores (aquí sí hay bombo, caja y platillos casi desde el principio). Otra sugestiva composición, sobre una sencilla progresión armónica, con una melodía complicada en las estrofas pero muy bien interpretada por Lindqvist, el conocido contrapunto entre guitarra y teclados, y la certera parada justo antes de la repetición final del estribilo. "Until the Sun Needs to Rise" insiste en el mismo terreno, aunque nada se puede reprochar a sus estrofas, a su efectivo bajo sintetizado, a ese sintetizador de aires caribeños con el que rematan la composición, o a ese intervalo instrumental de más de un minuto con los tres sintetizadores complementándose a la perfección. "Lose my head" es uno de los temas más envolventes del álbum, con esa atmósfera que desde el principio envuelve al oyente y lo desplaza a un mundo casi onírico, aunque sin perder de vista la pista de baile como lo demuestra la percusión que complementa la batería. Y con otro bonito tramo instrumental antes del estribillo final. Y el disco se cierra con la larguísima y relativamente fallida "Innerbloom", casi diez minutos de duración y aun así tercer sencillo publicado. Que juega a ser el tema más arriesgado con su montaña rusa de baile minimalista alternada con crescendos, a la que le falta una composición más redonda y le sobra minutaje. Aunque al menos su ubicación en el disco es la adecuada, ya que no estorba al resto de temas.

Sus detractores podrán decir que las letras pecan de simples y reiterativas (chico-chica-pasión-desamor), que el sonido pretendidamente espartano dificulta distinguir unos temas de otros, que la propuesta es limitada estilísticamente, que muchas canciones explotan hasta la saciedad la misma progresión armónica... Todo lo cual es cierto. Pero si a cambio encontramos la inteligente armonía de sus canciones, la capacidad para enganchar con cada canción, la ausencia de temas de relleno, la naturalidad con la que dan con la nota adecuada... entenderemos por qué coleccionan premios y al mismo tiempo encabezan con naturalidad las listas de ventas de su país. Lástima que estemos tan anquilosados musicalmente por estos lares, porque tienen todos los ingredientes para ser una banda de consumo masivo también por aquí. Espero que al menos esta entrada sirva para que quienes leen este humilde blog los descubran.

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