domingo, 10 de abril de 2016

Gypsy & The Cat: "Hearts a gun" (2015)

El formato EP (por sus siglas en inglés Extended Play) ha sido históricamente poco apreciado y difícil de vender: a medio camino entre el sencillo y el álbum, su sensación de demasiado largo para ser encasillado como sencillo y demasiado corto para venderlo a precio de álbum lo ha arrinconado al ámbito de lo minoritario. Afortunadamente, desde hace unos años internet ha venido también al rescate de los EPs, ya que pueden adquirirse en las tiendas habituales y reciben suficiente anterior por parte de webs y blogs especializados. Por eso en las próximas dos entradas voy a reseñar dos de mis EPs favoritos de los últimos meses: el de los alemanes Claire, cuyo álbum de debut ya reseñé en este mismo blog, y el de los australianos Gypsy & The Cat, del que les hablaré a continuación.

Gypsy & The Cat es un dúo formado por Xavier Bacash y Lionel Towers, que debutaron en 2010 y han lanzado hasta la fecha dos álbumes de estudio más este excelente EP, "Hearts a gun", que vio la luz hace tan sólo unos meses. Pese a ser una banda que he seguido con interés desde sus inicios, nunca hasta ahora habían terminado de convencerme. Y de hecho, a lo largo de 2015 y al margen de este EP han lanzado otres sencillos, ninguno de los cuales raya en mi opinión a la misma altura de este EP: "Climb into the music", es correcta pero le perjudica un estribillo demasiado obvio; "Can't stop me now" se ve lastrada por su percusión deudora de los sesenta; y "Lost control" tiene una estrofa digna de este EP pero un estribillo mucho más flojo. Por contra, "Hearts a gun" sorprende por su nivel medio muy alto, tanto a nivel compositivo como instrumental, aparte de exhibir una cohesión y una personalidad incontestables en apenas veintitrés minutos.

"Hearts a gun", la canción que titula y abre el EP, es una sensacional muestra de pop contemporáneo, desde su aparentemente manido pero efectivo silbido, el cual anticipa la melodía de su maravilloso estribillo. Un estribillo que llega sin muchos preámbulos y que crece un poco más con cada repetición, gracias a sus sintetizadores en un discreto segundo plano y un tramo instrumental final realmente conseguido. "Red wine & cigarettes", el segundo corte, baja un escalón respecto al anterior aunque sigue siendo un buen tema, que evoca la atmósfera del océano que baña Melbourne, con un estribillo no tan inspirado pero contagioso, adornado con una especie de gaviotas electrónicas y una no fácilmente detectable guitarra.

"Evolution" fue el sencillo que se extrajo del álbum. Interpretado junto a la también banda australiana Client Liaison, formó parte de mi lista de mejores canciones internacionales de 2015: una elegante muestra de lo que puede ser el pop de 2015: mirando de reojo a las melodías de los ochenta, pero sin desaprovechar todas las posibilidades instrumentales existentes actualmente: los australianos juntan sin que se estorben guitarras acústica y eléctrica, teclados envolventes, un pequeño arpegio de bajo que remata el estribillo, sintetizadores que marcan las notas al estilo clásico y certeras percusiones electrónicas adornando. Además, sobre una progresión armónica muy acertada despliegan una melodía prácticamente perfecta, que ya desde la entrada al estribillo ("I am the life that defines evolution...") transporta al oyente como sólo puede hacerlo el mejor pop intemporal.

Pero es que la segunda mitad del EP mantiene el listón: "Wasted days" está construida sobre otra inspirada progresión armónica, realzada en partes instrumentales y estribillos por un excelente arpegio de piano. La oscura estrofa y el estribillo de una sola frase completan la composición sin desentonar, y el bajo sintetizado se mezcla con una excelente batería. "Fire" es si cabe superior, con ese explosivo y subyugante comienzo, nuevamente sobre otra excepcional progresión armónica marcada por el bajo sintetizado. Y que tras una estrofa correcta y una precisa entrada culmina en otro formidable estribillo, que vuelve a retrotraernos a los ochenta sin resultar demasiado obvio. Solamente el último corte, "Sunday", se sitúa en lo que podríamos denominar correcto: mucho más reiterativa y expansiva, con un claro predominio instrumental, al menos logra con su piano electrónico evocar la desidia de una tarde de domingo en la costa australiana.

Con lo cual al terminar la escucha la sensación que queda es la de que ha habido tantos momentos de calidad como en la mayoría de los álbumes que reseño en este mismo blog: tres temas excelentes, dos muy buenos y uno correcto. Así que el hecho de que se trate de un EP queda totalmente en segundo plano. Aunque sí queda la duda de por dónde "tirarán2 en su siguiente álbum: si por la línea más retro de sus sencillos de 2015, o por la línea de pop contemporáneo de este EP; espero fervientemente que sea por lo segundo.

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