lunes, 15 de diciembre de 2014

Lamb: Backspace unwind (2014)

Los ingleses Lamb han retornado a la actualidad en 2014 con su sexto álbum de estudio, "Backspace unwind". Han transcurrido tres años desde que Andy Barlow y Lou Rhodes recuperaran su actividad musical en 2011 gracias a su autoeditado álbum, "5". Y a pesar de los años transcurridos desde su debut hace casi 20 años, han sido relativamente fieles a su costumbre de entregar tras un disco más introspectivo y lineal otro más vitalista y variado. Lo que no necesariamente significa que "Backspace unwind" sea superior a "5", sino simplemente más o menos adecuado a un estado de ánimo concreto. De hecho, puestos a escuchar ambos álbumes en su atmósfera idónea, "5" generará probablemente más emociones. Aunque eso no significa que "Backspace unwind" resulte decepcionante, ni tampoco que se aleje de la acusada personalidad del dúo, esa imposible mezcla entre la voz folk de Rhodes y los originalísimos colchones electrónicos de Barlow.

La intención de recuperar registros que se alejen de la mera instrospección queda patente desde el primer corte: "In binary" es efectivamente un ritmo binario más rápido que cualquiera de los que nos entregaron en "5". Aunque no es un gran tema, la mezcla entre el ultra-distorsionado vía pitch teclado delirante y una melodía marca de la casa ponen de manifiesto que no es su intención renunciar a su identidad. Lo cual queda confirmado por "We fall in love", segundo corte y hasta la fecha único sencillo del disco. Superior al anterior y de indudable calidad aunque sin llegar al nivel de sus mejores clásicos, conjuga un teclado más propio de una canción de cuna con una percusión rápida e infecciosa y la voz reverberada de Rhodes, que canta sobre una meritoria progresión armónica. El tercer tema, "As satellites go by" es una canción con una instrumentación un poco más convencional, basado en un bonito piano y la certera voz de Rhodes, aunque sin la magia de sus momentos más emotivos.

"Backspace unwind", cuarto corte y tema que da título al álbum, refleja bien a las claras la orientación más vitalista del disco, puesto que se trata de la composición con un ritmo más rápido (por encima de 120 bpms) que ha grabado Lamb en mucho tiempo. Eso sí, rehúyen del sobredimensionado bombo discotequero y optan por un sinfín de adornos barrocos y sintéticos, sin apenas otro instrumento que el bajo para llevar la progresión armónica. Vuelve a resultar un tema un tanto frío, más interesante que emocionante. "Shines like this" nos retrotrae al intimismo de "5", con la voz completamente doblada de Rhodes como principal aliciente de una composición corta y relativamente carente de gancho. Afortunadamente el siguiente corte, "What makes as human", es una de las tres joyas del disco: un tema genuino de la banda, puro trip-hop del siglo XXI sobre una preciosa progresión armónica, realzada por unas slow strings sintetizadas que se conjugan con otra impresionante programación de batería y percusión, totalmente contrapuesta a la melodía y sin embargo magistralmente engarzada con ella. Con una cautivadora letra sobre la condición humana y una coda apoteósica.

"Nobody else" es la segunda joya del disco: con una atmósfera de club nocturno del siglo XXI, aunque con más instrumentos reales que la anterior (incluida la pertinente orquesta sinfónica), Rhodes borda una melodía de notas tremendamente altas en las estrofas, que se relajan un poco en un estribillo tenebroso pero también de gran calidad. "Seven sails", séptimo corte, es más interesante por ser el tema en la que Barlow más lleva al extremo su exorbitante imaginación a la hora de arreglar y producir canciones que por la composición en sí: construye un colchón imposible de bajo sintetizado y percusión sobre la que Rhodes canta una melodía delirante en las estrofas y sorprendentemente digerible en el estribillo, convenientemente complementada además por un sintetizador imposible en el tramo final. Todo un shock para todos aquellos que no hayan escuchado antes al dúo inglés.

El tercio final del álbum comienza con la tercera joya del disco y mi composición favorita: "Doves and ravens" es sencillamente una balada con un piano maravilloso recorriendo una excepcional progresión armónica y unas estrofas dificilísimas de cantar, que dan paso a un estribillo emocionante en el que Barlow añade (esta vez de manera comedida) un sintetizador para realzar los acordes y algún que otro efecto. Y con aliciente de su poética letra de amor evaporado ("And the wind calls her name, so she's not alone. Doves and ravens came and they sing their song to the sun"). Pero desgraciadamente es el último gran tema, porque "Only our skin" es una nana esencialmente vocal más monótona que inspirada, "SH09 is back" es una composición relativamente rápida con batería y bajos reales tremendamente obsesiva pero extraña y con un toque humorístico poco afortunado, y "The caged bird sings" una decepción en toda regla, ya que se trata de una mera recreación de "Only our skin" de similar duración y monotonía, confirmándose como la decisión más desafortunada del álbum y la peor forma de ponerle cierre.

Lo que al fin y al cabo evidencia que estamos ante un álbum 100% Lamb: fascinante en su instrumentación, excelentemente cantado, con varios temas maravillosos (especialmente los lentos, el terreno que mejor dominan a pesar de que en este álbum se resisten a cultivarlo en exceso), el contrapunto de otros más delirantes que emocionantes, y algún otro de difícil justificación. No obstante, el balance sigue siendo positivo, por originalidad, por talento y por ganas de sorprender en un panorama internacional escaso en riesgos. Para lo demás simplemente basta con pulsar el botón de forward.

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