lunes, 18 de marzo de 2013

The XX: Coexist (2012)

El retorno de los británicos The XX ha conseguido aunar las opiniones de crítica y público, tanto a nivel nacional como internacional. A nivel nacional, los lectores de medios tan diferentes como "El país" o "Rockdelux" los han aupado a lo más alto de las listas como el mejor álbum del año, pero es que además "Coexist" alcanzó el número 5 de la lista de ventas española. Y a nivel internacional, Metacritic le otorgaba un 79 sobre 100, sólo por detrás de los 82 del "Words and music" de Saint Etienne (me refiero a los álbumes publicados el año pasado que he reseñado en este mismo blog), mientras que a nivel comercial el disco llegó al número 1 en el Reino Unido, Bélgica, Nueva Zelanda... incluso al número 5 en EEUU. Es decir, estamos ante los nuevos héroes de la música internacional. Razones más que suficientes para justificar una reseña.

Reseña que no pretende polemizar sobre su repercusión, pero sí dejar claro que para mí al menos tan unánime reconocimiento no está justificado. Intentaré explicarme: el álbum se abre con "Angels", una emocionante canción que ocupó el segundo puesto en mi lista de canciones del año. En ella, Romy Madley Croft nos subyuga con su guitarra etérea y su melancólica voz (que tanto recuerda a la de Tracey Horn, la vocalista de Everything But The Girl) prácticamente como únicas armas. Pero en mi opinión una instrumentación tan escueta sólo es justificable en una balada. Así que cuando comienza el segundo corte y también segundo sencillo ("Chained") la sensación es de cierta inquietud: tras un comienzo correcto, la voz en exceso tristona de Oliver Sim intercambia fraseos con la de Romy, y el tema de la sensación de estar a punto de explotar y convertirse en un clásico, pero al final se limita a una sucesión simplona de "ooh ooh oohs".

El tercer corte, "Fiction" sugiere que aún podemos estar ante un gran álbum, pues Jamie XX (tercer miembro y productor) deja entrever sus coqueteos con la música de baile y el tema adquiere cierto ritmo, muy de agradecer como colchón para una preciosa melodía (aunque la instrumentación siga en el límite de lo espartano). Pero desgraciadamente los grandes temas acaban ahí. Sí, sé que suena duro, pero los 8 cortes restantes son, si se me permite el símil probabilístico, variaciones con repetición de los tres temas anteriores. Se trata de un abuso descarado de la fórmula: fraseos alternos de Oliver y Romy, alguna que otra guitarra éterea, percusiones minimalistas, algún efecto sonoro perdido, intentos no siempre logrados de crear una atmósfera de tensión y unas progresiones armónicas y melodías menos inspiradas. Y claro, como se trata de una fórmula tan limitada, que no da pie a sorpresas, ni a intervalos instrumentales realmente jugosos, ni siquiera a composiciones particularmente ricas, el álbum apenas dura 37 minutos.

Parece que The XX han entendido que la mejor manera de reafirmar su personalidad es constreñir su música a un espacio tan claustrofóbico que lo más probable es que muchos melómanos desistan de llegar al final del álbum. Y que la crítica está empeñada en obviar que lo que proponen es en gran medida lo mismo que ya hacían hace más de 15 años Everything But The Girl, también con un sonido espartano (¡pero no tanto!) y con una voz de más calidad (sospecho que incluso lo de titular a uno de los cortes "Missing" es un guiño intencionado de The XX a EBTG). Vivimos en una época en la que, dada la cantidad de propuestas, parece que el objetivo de muchos creadores es diferenciarse a toda costa, aunque ello implique repetirse. Para mí lo ideal es lo que logran Alt-J, que suenan mucho más originales que The XX y además no necesitan recurrir a una fórmula. Porque a mí me enseñaron que freír 11 once huevos con el mismo aceite podía ser válido para propuestas comerciales como Modern Talking o los Stock, Aitken & Waterman, pero que para ser un grupo de referencia y con ánimo de perdurar hacían falta otros argumentos.

En suma, dos formidables canciones, otra correcta, las tres colocadas estratégicamente al principio del álbum, y después ocho de relleno (quizá siete, siendo benévolo y salvando "Sunset" y su bajo con toques jazzy). Demasiado poco para tantos parabienes.

Una última pregunta a modo de despedida: ¿volverán a transitar por el mismo y trillado camino The XX en su siguiente álbum? Yo pienso que lo harán, pero que para que no sea demasiado evidente dejarán pasar unos años. Ojalá me equivoque.

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