domingo, 25 de marzo de 2012

El panorama musical español en el 2011



Pues para mí se resume en un único adjetivo: desalentador. Es duro decirlo, pero ni en el ámbito de la creatividad, ni en el de la comercialidad, ni siquiera en el de las ventas podemos emplear otro calificativo. Como lo refleja el simple hecho de que se ha vuelto a reducir el número de copias vendidas para alcanzar el disco de platino: ahora son sólo 40.000, frente a los 100.000 que eran tan sólo hace unos años.

Comencemos por los álbumes españoles más vendidos en la lista de los 25 más vendidos de 2011, según Promusicae:

1.-Pablo Alborán / Pablo Alborán 3** (triple platino)
2.-Sergio Dalma / Vía Dalma 3**
3.-Manolo García / Los días intactos 2**
4.-Sergio Dalma / Vía Dalma II 2**
6.-Pablo Alborán / En acústico 2**
7.-El Barrio / Espejos ** (platino)
8.-Amaral / Hacia lo salvaje **
10.-Estopa / 2.0 **
11.-Dani Martín / Pequeño 2**
12.-Manel / 10 milles per veure una bona armadura **
15.-Extremoduro / Material defectuoso *
17.-Julio Iglesias / Volumen 1 **
18.-Malú / Guerra Fría **
20.-La Oreja de Van Gogh / Cometas por el cielo *
24.-Dúo Dinámico / Somos jóvenes: 50 años *
25.-Vetusta Morla / Mapas *

Es cierto que los artistas españoles son aplastante mayoría en las listas (16 de los 25 más vendidos), lo que significa que al público español le sigue interesando la música de sus compatriotas. Pero ése es el único hecho positivo que puedo resaltar. Porque en cuanto a los nuevos artistas, solamente uno, y encima una propuesta nada novedosa y sólo apta para el público adolescente femenino menos exigente (Pablo Alborán). Abundan los artistas con muchos años a cuestas que no se han atrevido a entregar nuevos temas, tan sólo versiones o recopilaciones (Sergio Dalma, Julio Iglesias, El Dúo Dinámico). O los que se han limitado a repetir su archiconocida fórmula superficialmente aflamencada con escaso riesgo y menor interés (Manolo García, El Barrio, Estopa).

Incluso aquellos artistas que se han animado a dar una vuelta de tuerca su estilo, bien hacia la música más electrónicamente bailable (La Oreja de Van Gogh), o hacia un toque psicodélico más crudo (Amaral), se han visto castigados con una notable disminución en sus ventas con respecto a sus álbumes anteriores. Está claro que los experimentos, con gaseosa, al menos en el ámbito comercial...

Pero es que en el panorama independiente las cosas no han ido mucho mejor. Han abundado los nombres ya consolidados que han transitado por caminos ya conocidos pero sin el acompañamiento de la inspiración (Nacho Vegas, Fernando Alfaro, Sr. Chinarro, incluso Juan Perro). En cambio no han surgido prácticamente nuevos valores que nos hagan concebir esperanzas para el futuro. Incluso artistas que dejaron un buen sabor de boca con sus álbumes anteriores han dado un bajón inesperado (La Casa Azul, Joe Crepúsculo).

Para no acabar con tan mal sabor de boca, he dejado para el final un par de menciones positivas. Por una parte, artistas que han sido fieles a su universo personal pero que han entregado propuestas dignas del resto de su carrera (Christina Rosenvinge, con su hilillo de voz y su intimismo para todos los públicos, La Bien Querida y sus estribillos puramente pop, Manos de Topo y las histriónicas interpretaciones de Miguel Ángel Blanca). Y por otra, artistas que aun cantando en catalán han logrado una apreciable repercusión: empezando por Manel, número 12 en la lista de los más vendidos gracias a sus melodías folk-pop, y siguiendo por Antònia Font, sus teclados de juguete y su apropiación del "Atlantis is calling" de Modern Talking en "Calgary 88". Lástima que estos artistas se aferren a un idioma con poca trascendencia y no se animen a cantar en español: podrían pasar de una audiencia potencial de 10 millones a más de 500, y de paso insuflar algo de aire fresco al resto de sus compatriotas, que falta nos hace.

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