domingo, 26 de agosto de 2012

Saint Etienne: Words and music by (2012)

Otro de los esperados retornos de este 2012, a los que aludía hace unos meses en este mismo blog, es el de los ingleses Saint Etienne. La que fuera la banda más genuinamente poppy de la primera mitad de los 90 fue perdiendo fuelle desde entonces, y tras su "Tales from Turnpike House" de 2005 entraron en un largo paréntesis del que sólo habían salido con algunas entregas ocasionales. Ha habido por tanto que esperar a este 2012 para escuchar un álbum completo de composiciones nuevas.

La pregunta es la misma que en otros retornos: ¿es este disco una excusa para poder interpretar en los festivales de medio mundo sus clásicos de siempre, o se sostiene por sí mismo? Pues afortunadamente lo segundo: el paréntesis les ha servido para recuperar su identidad, alejándose de los estilos más acústicos o formales con los que habían coqueteado en sus últimas entregas, aunque aportando una dosis de madurez considerable a su amplísimo espectro pop (especialmente en los textos). De hecho, incluso han dejado de lado los temas instrumentales, o los interludios de corta duración. Y es que se ve que después de tantos años sentían la necesidad de aprovechar cada minuto del disco.

Como lo evidencia "Over the border", el tema de más de 5 minutos que abre el disco: aparentemente un tema declamado en el que Sarah Cracknell relata con emoción su gradual incursión en el mundo de la música, acaba desembocando en un estribillo excelente. Estribillo que sin embargo es superado por la magia de "I've got your music", quizá su mejor sencillo en muchos años, con esa inmediatez de las mejores canciones pop bailables que subyuga en cada escucha gracias a su inspirada melodía. Luego viene la intimista "Heading for the fair" (con un piano electrónico más propio de hace un par de décadas), que en otros álbumes suyos habría sido uno de los temas estrella. Tras la relajada, cálida y correcta "Last days of disco" nos encontramos con el primer sencillo (y otro de los momentos estelares del álbum): "Tonight" es un tema de pop con arreglos sinfónicos, un ritmo sintético y un doble estribillo muy disfrutable, construido sobre una elaborada y acertada progresión armónica.

Afortunadamente, tras la breve y simpática "Record doctor" (un pseudo gospel) que divide el álbum en dos mitades, aún nos encontramos canciones de nivel: "Popular" es el mejor exponente de ese pop bailable, con un estribillo pegajoso y un logrado aire amateur que recuerda a su mejor época (y en especial a "Join our club"); la brillante "DJ", mi apuesta para un hipotético tercer sencillo, con una atmósfera que recuerda a la de "Hug my soul", un acertado toque guitarrero y un nuevo estribillo doble; y "When I was seventeen", un tema de pop elegante que en sus interludios instrumentales recuerda a New Order. Así hasta llegar a "Haunted", el tema que cierra el álbum, un correcto y elegante medio tiempo que nos devuelve a sus épocas más sofisticadas.

Ahora bien, es cierto que hay momentos donde se adentran en otros terrenos pero con menos inspiración ("Answer song", que podría pasar por una producción de Paul O'Duffy, "Twenty five years", un tanto aburrida a pesar de su letra impactante y la parsimoniosa "I threw it all away", pese a elaborada instrumentación), que Sarah Cracknell sigue siendo una vocalista muy justita y tirando a melosa, y que en ocasiones tanta perfección en los arreglos puede hacer que el sonido final resulte frío. Pero está claro que en un mundo ideal serían uno de los grupos de referencia.

Reseñar, además, que la edición Deluxe se completa con un álbum entero de remezclas (nada menos que 12) de casi todos los temas del álbum. Como suele suceder en este tipo de álbumes, la mayoría de remezclas desvirtúan los originales o los simplifican más allá de lo deseable. Destacar, no obstante, la remezcla de "Heading for the fair (The Time and Space Machine Waltzer Remix)", un instrumental que realza la excelente progresión armónica de esta canción, no del todo aprovechada en la versión original cantada.

En resumen, posiblemente la aclamación universal que ha recibido el álbum (Metacritic contabiliza nada menos que 84 sobre 100) sea un poco excesiva, pero sin duda se trata de su mejor entrega desde "So tough" (1994). Y sospecho que la participación de su viejo amigo y colaborador Ian Catt en la producción ha influido decisivamente en ello, guiándoles a los espacios en que mejor se desenvuelven y dandóle a cada corte la instrumentación adecuada. En fin, esperemos que no haya que esperar otros 18 años para volver a escucharlos en plena forma...

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