Hace tiempo que vengo
Escribí hace unos años una entrada en la que resaltaba cómo la guitarra eléctrica poco a poco iba perdiendo fuerza como instrumento de referencia en la música contemporánea, y unos meses más tarde enfrenté este hecho al imparable auge del auto-tune como "instrumento" que la iba reemplazando. No quiero ahora repetir lo que expuse entonces, sólo me atreveré a constatar que lo que en su momento anticipé no podía estar más encaminado.
Y es que sólo falta echar un vistazo a los festivales que han empezado a recorrer en 2019 la geografía española. Aún vemos convocatorias multitudinarias de artistas de rock en sus diferentes estilos, es cierto. Pero basta fijarse en que los nombres que logran ese nivel de convocatoria son en su inmensa mayoría grandes veteranos que alcanzaron su gloria hace tres o cuatro décadas. Pongamos por ejemplo el reciente concierto de Metallica hace unos días en Madrid: sesenta y ocho mil personas, sí, pero bastaba echar un vistazo al público para descubrir que la media de edad rondaba los cincuenta, y que los únicos jóvenes que aparecían por allí eran hijos a los que sus padres les habían inculcado el amor por la banda estadounidense. Pero si nos movemos al panorama de los festivales la cosa pinta igual: los cabezas de cartel son a menudo artistas de rock, sí, pero apenas aparecen nombres de menos de medio siglo (de The Foo Fighters a The Smashing Pumpkins). Hay bandas de rock más jóvenes, es cierto, pero ésas suelen aparecer en letras visiblemente más pequeñas, porque desde hace mucho tiempo no surge una gran banda de rock que mueva masas a nivel mundial. Ni en el panorama mainstream ni en el alternativo.
No sólo eso: a nada que hayan tenido oportunidad de asistir a algún macrofestival con varios escenarios en paralelo, habrán podido comprobar que el escenario donde actúan los rockeros a menudo flojea en cuanto a ambiente (salvo los cabezas de cartel), mientras que en otros escenarios más destinados por ejemplo al hip-hop o a la música electrónica apenas cabe un alfiler. Y en este caso, a diferencia de lo que suele ser habitual por estos lares, España no es una excepción: vayan al festival que quieran, analicen la lista de ventas de cualquier país, y verán lo que cuesta encontrar una banda de rock que haya surgido en la presente década que tenga un tirón comparable al de las grandes bandas de hace décadas (quizá podríamos citar a The 1975, eso sí a años luz por ejemplo de los Oasis de hace veinte años).
Cuando empecé mi blog hace ya ocho años, incluí a propósito la palabra rock en su denominación, porque mi expectativa (y mi intención) era poder seguir dando una humildísima ventana a artistas que cultivaran ese maravilloso género. Pero soy perfectamente consciente de que cada vez reseño menos discos de rock. En realidad lo considero una consecuencia de lo que he expuesto más arriba. Además, creo que los artistas de rock en general se han quedado anclados en el pasado, que en general han levantado un muro frente a las nuevas tecnologías (aunque paradójicamente sus antepasados abrazaron la electricidad como la tecnología que permitiría proporcionar una nueva dimensión a las guitarras acústicas), y que al mismo tiempo han perdido el virtuosismo al que obligaban los menores medios que había entonces.
Lo cierto es que esta situación me incomoda, así que desde este humilde blog me he propuesto forzar una entrada que gire exclusivamente en torno al mundo del rock. Y para ello les voy a proponer una lista de lo que en mi opinión son veinte grandes temas de rock que han visto la luz desde el comienzo de la década en 2011. Sin tener en cuenta el número de visualizaciones en youtube, sin un orden en particular, sin comentarios sobre las canciones, sin repetir artistas, sin cerrarse a la tecnología, ni limitarse a determinadas corrientes. Simplemente rock. Espero que la disfruten tanto como yo:
Bleached - "Wednesday night melody"
Fall Out Boy - "My songs know what you did in the dark"
The Horrors - "Machine"
The Killers - "Run for cover"
Mainland - "Not as cool as me"
Feeder - "Children of the sun"
Noel Gallagher - "In the heat of the moment"
Kasabian - "Re-wired"
TV On The Radio - "Happy idiot"
The Black Keys - "Little black submarines"
Beady Eye - "Flick of the finger"
Imagine Dragons - "Radioactive"
Garbage - "Blood for poppies"
Rolling Blackouts Coastal Fever - "Talking straight"
Lala Lala - "Destroyer"
Sleater-Kinney - "Fangless"
Partner - "Play the field"
Amber Run - "No answers"
Bob Mould - "Hold On"
Portugal. The Man - "Evil friends"
Un aficionado a la música pop-rock contemporánea que no se resigna a que creer que ya no se publica música de calidad.
sábado, 18 de mayo de 2019
viernes, 3 de mayo de 2019
Pet Shop Boys: "Agenda" (2019)
Cuando los seguidores del carismático dúo británico contábamos las semanas para que viera la luz el anunciado último álbum de su trilogía a medias con Stuart Price, Pet Shop Boys se han quedado con nosotros publicando por sorpresa un EP... con la producción de Tim Powell. Una nueva jugada a la que ya debiéramos estar acostumbrados los que conocemos su habitual tendencia a epatar e ir contra corriente, pero que en esta oportunidad viene justificada más que nunca por la situación política en su país. Y es que el Brexit tiene convulsionado al Reino Unido, y Neil Tennant y Chris Lowe no han querido quedarse al margen de esa situación. Y lo han hecho como siempre con suma inteligencia: publicando este materail justo cuando los plazos para la salida vencían (en teoría) y evitando contaminar políticamente su próximo álbum con Stuart Price.
Como digo, para producir los trece minutos de esta mini-entrega, los británicos han reclutado a Tim Powell, ex-miembro del equipo de productores Xenomania, el cual produjo para ellos "Yes" en el año 2009. Y el resultado de su trabajo a los mandos ha sido en mi opinión superior al de aquél álbum, porque esta "agenda" sí suena plenamente a Pet Shop Boys, la orientación comercial de los temas no es tan obvia como ls de aquel album un tanto impersonal, y no hay concesiones a las modas más actuales. De hecho, los melómanos más jóvenes podrán objetar que Pet Shop Boys, quienes durante muchos años estuvieron a la vanguardia instrumental, suenan en 2019 un tanto rancios. Pero no hay que olvidar que estamos ante dos sesentones, por lo que mejor ser prácticos y contentarse con que suenen a ellos mismos, aunque sus sintetizadores y sus cajas de ritmos ya no encierren nada nuevo.
¿Y las canciones? Pues afortunadamente ninguna de las cuatro desmerece el grueso de su discografía. El tema estrella es obviamente "Give stupidity a chance". Ya habían hablado de la estupidez en su para mí superior "I'm with stupid" de 2006, pero ahora centran la estupidez en la decisión de los británicos de abandonar la Unión Europea, decisión que ellos reprueban en una letra que es un finísimo diágnostico de la política y la sociedad no sólo inglesa sino occidental. Y que causa que la música pase a un segundo plano, aunque se trata de una de esas melodías de pop matemáticamente perfecto que saben hacer como nadie, y que cuesta creer que nadie haya compuesto hasta ahora. Eso sí, la instrumentación es solamente correcta, la pista de baile queda lejos, y las dos cosas lastran un poco el resultado. Por eso mi tema favorito del EP es "On social media": más bailable, con su bajo sintetizado deudor del house, sus palmadas enlatadas, sus overdubs de percusión, su piano electrónico... todo de hace treinta años, sí, pero todo infalible en sus manos, sobre todo si como es el caso se pone al servicio de otra excelente melodía, incluyendo tres estrofas completas, dos partes nuevas y otro de sus genuinos coros masculinos, todo ello coronado por una excelente y mordaz letra sobre el uso actual de las redez sociales.
"What Are We Going to Do About the Rich?" es mi segundo pasaje favorito, y para mi gusto el de mejor comienzo, con su sección de cuerda primero y de viento después dando paso al tema de tempo más alto, y con una letra tan crítica y trascendente como la del resto del EP. Que vertebra otra bien elaborada melodía, con un estribillo tal vez un pelín obvio (incluyendo una subida de tono al final), que se ve compensado con creces por esa parte nueva en la que Neil medio canta medio declama sus aceradas consignas. Y cierra el disco la casi esperable balada, "The Forgotten Child". Perfectamente digna de sus grandes momentos intimistas, con su melodía de tonos más bajos, sus violines, los bongos que la acompañan durante toda su duración, el inevitable piano, y el trozo final instrumental con sorpresa incluida (caja de ritmos, teclado juguetón, synclavier y coros).
Mi principal miedo cuando supe de la inminente publicación de este EP fue que la fuerte componente política de las letras pudiera haber eclipsado las progresiones armónicas y las melodías que siempre han caracterizado al dúo. Pero no ha sido el caso: se ve que han esperado lo suficiente a tener buenas composiciones que pudieran sustentar su mensaje. Así que aunque es obvio que este EP no les va a granjear nuevos seguidores, sí que podrá figurar sin complejos junto al grueso de su discografía. Y además hace concecibir muy buenas esperanzas sobre su próximo álbum dentro de unos meses. Así que vuelvo a ponerme a contar las semanas.
Como digo, para producir los trece minutos de esta mini-entrega, los británicos han reclutado a Tim Powell, ex-miembro del equipo de productores Xenomania, el cual produjo para ellos "Yes" en el año 2009. Y el resultado de su trabajo a los mandos ha sido en mi opinión superior al de aquél álbum, porque esta "agenda" sí suena plenamente a Pet Shop Boys, la orientación comercial de los temas no es tan obvia como ls de aquel album un tanto impersonal, y no hay concesiones a las modas más actuales. De hecho, los melómanos más jóvenes podrán objetar que Pet Shop Boys, quienes durante muchos años estuvieron a la vanguardia instrumental, suenan en 2019 un tanto rancios. Pero no hay que olvidar que estamos ante dos sesentones, por lo que mejor ser prácticos y contentarse con que suenen a ellos mismos, aunque sus sintetizadores y sus cajas de ritmos ya no encierren nada nuevo.
¿Y las canciones? Pues afortunadamente ninguna de las cuatro desmerece el grueso de su discografía. El tema estrella es obviamente "Give stupidity a chance". Ya habían hablado de la estupidez en su para mí superior "I'm with stupid" de 2006, pero ahora centran la estupidez en la decisión de los británicos de abandonar la Unión Europea, decisión que ellos reprueban en una letra que es un finísimo diágnostico de la política y la sociedad no sólo inglesa sino occidental. Y que causa que la música pase a un segundo plano, aunque se trata de una de esas melodías de pop matemáticamente perfecto que saben hacer como nadie, y que cuesta creer que nadie haya compuesto hasta ahora. Eso sí, la instrumentación es solamente correcta, la pista de baile queda lejos, y las dos cosas lastran un poco el resultado. Por eso mi tema favorito del EP es "On social media": más bailable, con su bajo sintetizado deudor del house, sus palmadas enlatadas, sus overdubs de percusión, su piano electrónico... todo de hace treinta años, sí, pero todo infalible en sus manos, sobre todo si como es el caso se pone al servicio de otra excelente melodía, incluyendo tres estrofas completas, dos partes nuevas y otro de sus genuinos coros masculinos, todo ello coronado por una excelente y mordaz letra sobre el uso actual de las redez sociales.
"What Are We Going to Do About the Rich?" es mi segundo pasaje favorito, y para mi gusto el de mejor comienzo, con su sección de cuerda primero y de viento después dando paso al tema de tempo más alto, y con una letra tan crítica y trascendente como la del resto del EP. Que vertebra otra bien elaborada melodía, con un estribillo tal vez un pelín obvio (incluyendo una subida de tono al final), que se ve compensado con creces por esa parte nueva en la que Neil medio canta medio declama sus aceradas consignas. Y cierra el disco la casi esperable balada, "The Forgotten Child". Perfectamente digna de sus grandes momentos intimistas, con su melodía de tonos más bajos, sus violines, los bongos que la acompañan durante toda su duración, el inevitable piano, y el trozo final instrumental con sorpresa incluida (caja de ritmos, teclado juguetón, synclavier y coros).
Mi principal miedo cuando supe de la inminente publicación de este EP fue que la fuerte componente política de las letras pudiera haber eclipsado las progresiones armónicas y las melodías que siempre han caracterizado al dúo. Pero no ha sido el caso: se ve que han esperado lo suficiente a tener buenas composiciones que pudieran sustentar su mensaje. Así que aunque es obvio que este EP no les va a granjear nuevos seguidores, sí que podrá figurar sin complejos junto al grueso de su discografía. Y además hace concecibir muy buenas esperanzas sobre su próximo álbum dentro de unos meses. Así que vuelvo a ponerme a contar las semanas.
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