domingo, 4 de octubre de 2015

Little Boots: "Working girl" (2015)

Victoria Hesketh, más conocida como Little Boots, ha regresado hace un par de meses a la primera plana de la actualidad musical con la publicación de su tercer álbum de estudio, "Working girl". Un álbum que por segunda vez ha visto la luz en su propio sello discográfico, y con el que a mi entender la británica intenta auto-afirmarse en su estilo. Porque al éxito de crítica y ventas de "Hands" en 2009, con su propuesta actualizada, bailable y entonada del techno-pop de los ochenta, le sucedió un largo paréntesis de cuatro años que concluyó cuando "Nocturnes", un disco mucho más house, orientado a la electrónica más independiente y anodino, vio finalmente la luz prácticamente a la vez que el bootleg "Beat of your heart", el supuesto segundo disco grabado realmente como continuación estilística de "Hands" y que nunca llegó a publicarse por razones desconocidas (ya que sin llegar a la inspiración de "Hands" sí mantenía suficientemente el tipo). Con lo cual este tercer disco actúa a modo de consolidación de la propuesta de "Nocturnes", añadiéndole si cabe un toque más personal y reivindicativamente feminista a las letras, quedando por tanto en parámetros muy lejanos a los de su álbum de debut.

Lo que desgraciadamente es una mala noticia para sus seguidores. Porque una cosa es no querer terminar como un remedo de Kylie Minogue, y otra escorarse tanto en su propuesta que apenas logre comulgar con unos pocos miles de seguidores. Y es que Little Boots es una meritoria instrumentista, con una buena formación musical y una voz agradable (en ocasiones demasiado doblada). Pero si lo fía a todo a la pista de baile más fría y alternativa, y da la espalda a las armonías pop, esas cualidades son difíciles de exhibir. A pesar de que prácticamente cada uno de los temas cuente con un productor diferente, algo muy difícil de percibir en una propuesta de espectro tan limitado.

Y eso que el resultado final podía haber sido mucho peor de lo que al final ofrece este "Working girl". Me explico: el álbum fue precedido a finales de 2014 por el EP "Business pleasure", que ya anticipaba esa reafirmación estilística pero con escasa creatividad. Algo aplicable no sólo al sencillo que se extrajo de él (la experimental y superflua "Taste it"), sino también a los otros dos cortes que han acabado en el álbum (el house simplón de "Heroine" y la gélida y obsesiva "Business pleasure", que daba título al mismo), siendo curiosamente "Pretty tough" (el único con algo más de musicalidad), el tema que se ha quedado fuera. Es decir, una reafirmación de estilo a coste de vulgaridad y falta de sustancia. Afortunadamente entre el resto de temas hay dos o tres que dan el pego y sobre todo un par de buenas canciones, que nos demuestran que a Little Boots no se le ha olvidado componer.

Quitando las simpáticas "Intro" e "Interlude", piezas no musicales que simulan la interacción del oyente con el contestador del sello discográfico, el álbum consta de doce composiciones originales, una más en la edición Deluxe. Se abre con "Working girl", el tema que da título al disco y cuya versión acústica también cierra la edición Deluxe. Un tema presidido por un infeccioso loop sintetizado, y construido sobre una progresión armónica elaborada pero sin gancho, del que lo más salvable es un estribillo de aprobado raspado. "No pressure", tercer sencillo, se mueve en los mismos parámetros, aunque en este caso el colchón instrumental es un poquito menos espartano y el estribillo algo más eficaz en su incitación al baile. "Get things done", cuarto sencillo, es uno de los temas que dan el pego con su bajo slap delineando una progresión armónica ahora sí más cercana en las estrofas y en el estribillo. Aunque el estribillo tiene la frase que da título al tema encajada con calzador, lo que le resta algún que otro punto.

Tras ya la citada "Taste it" nos encontramos la con diferencia mejor composición del álbum: "Real girl" baja los bpm y nos ofrece un tema de pop del año 2015. Porque el pop con mayúsculas es el que mejor sigue dominando Little Boots, logrando que un loop de sintetizador infeccioso y que recuerda a los usados por Madonna en buena parte de "Rebel Heart" desemboque con naturalidad en un estribillo de pop cautivador llevado a su máxima expresión en la tercera repetición, cuando se elimina por unos segundos la programación de la batería. La ya citada "Heroine" baja muchos enteros, y el siguiente corte, "The game", imita sin disimulo los arreglos que hicieron Soul II Soul hace un cuarto de siglo en su mítica "Back to life", pero con una composición más floja que aquella. Menos mal que tras ella se encuentra "Help too", el segundo momento inspirado del álbum, y no porque sea uno de los más lentos, pero sí porque el contraste en las estrofas entre la programación de la percusión y los sintetizadores que van y vienen la hacen reconocible, y una vez que nos topamos con su preciosa entrada al estribillo ya nos predisponemos para disfrutar de sus meritorias armonías.

Nuevamente hay que superar el bajón que supone la ya citada "Business pleasure" para encontrarse con la atmosférica "Paradise", cuyo indie-house puede ser disfrutable en determinados momentos y circunstancias, sobre todo si nos dejamos llevar por su piano sintetizado en el correcto estribillo. "Better in the morning", el segundo sencillo, juega a la pretendida inocencia pop de por ejemplo Ariana Grande, pero modas al margen es un tema de una candidez impostada y una melodía excesivamente simple. Y "Desire", el tema adicional de la edición deluxe, podría ser el tercero que mantenga el tipo en determinadas pistas de baile, puesto que al esperable sonido espartano se le añade un curioso juego entre una programación que rehúye del ritmo binario y unos teclados que rehúsan completar los compases hasta llegar a un estribillo en el que, ver para creer, nos encontramos la única guitarra del álbum.

Con lo que al completar la escucha la sensación predominante es la de un álbum relativamente flojo, y quien sabe si la segunda y última oportunidad perdida de Victoria para consolidar su carrera. Una pena, porque como demuestra en momentos puntuales, sabe hacerlo mucho mejor, pero se la nota más preocupada por labrarse una personalidad propia en el panorama musical que por llenar sus discos de buenas canciones. Lo que en mi opinión no es a la larga una buena estrategia.

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