domingo, 18 de mayo de 2025

Circa Waves - "Death and Love pt. 1" (2025)

A comienzos de año el cuarteto de Liverpool, ya conocido por estos lares gracias a la reseña que en su momento realicé de "Never Going Under" (2023) retornó con el que es ya su sexto álbum de estudio: "Death And Love Pt. 1". Que como su título indica es la primera parte de un notable esfuerzo compositivo que les ha permitido reunir canciones suficientes para publicar dos álbumes, el segundo de los cuales (la Parte 2) está previsto para dentro de unos meses. Algo que pone de manifiesto lo seguros que se sienten de todo el material creado en los últimos dos años. Este desdoblamiento tiene como contrapartida que, si habitualmente sus discos solían ser cortos, éste lo es especialmente: apenas nueve canciones, que despachan en menos de media hora. Así que cuando me hice con él me planteé: si dan con la tecla, será un disco notable, porque no pueden permitirse temas de relleno; si no, se quedará casi en un EP.

Afortunadamente el balance es positivo y el disco se sostiene de principio a fin. Como casi siempre sucede, la clave es que parten de buenas composiciones, a lo que añaden que, tras más de una década en activo, su madurez estilística es innegable. Tanto que la producción y los arreglos son muy parecidos a los de su anterior entrega, lo que parece una búsqueda consciente dado el buen resultado que lograron. Si bien esta circunstancia le resta un punto de sorpresa a esta media hora de música en la que sigue siendo fácil reconocer las influencias de The Strokes, y The Arctic Monkeys entre otras bandas independientes del presente siglo.

El disco lo abre "American Dream", también su segundo sencillo. Un buen anticipo de lo que encierra el álbum, y al mismo tiempo la evidencia de que continúan en ese buen momento creativo al que me refería antes. Una melodía cristalina, guitarras distorsionadas que ponen el contrapunto en el estribillo, coros tarareables, una melodía que cambia significativamente en la segunda estrofa, y una historia sobre la visita de su cantante Kieran Shudall a Nueva York, con sus lugares y sus sensaciones. El único pero es su duración es excesivamente corta; la composición podía haber dado más de sí. "Like You Did Before", tercer sencillo, es incluso un tema más vertiginoso e infeccioso, pero esos toques de surf-rock que lo adornan de manera sutil le restan un punto de profundidad, por lo que se queda en un momento correcto pero no brillante en mi opinión. "We Made It", el primer sencillo en anticipar el disco, es también su tema estrella. Una buena elección indudablemente, pues aunque siguen apostando por un tempo elevado, cambian California por Irlanda como lugar de inspiración, y le confieren de esta manera un punto mesiánico propio de algunas de las bandas irlandesas más míticas; algo que le sienta fenomenal a una excelente composición. De la que quizá lo más destacable sean los intervalos instrumentales, presididos por una acerada guitarra tanto en los pasajes dedicados a arpegios como en su solo cerca del final. En todo caso las estrofas rayan a buen nivel, la trabajada parte nueva entronca perfectamente con ellas, y el disfrutable estribillo incluso juega a cambiar la progresión armónica en un momento dado, un detalle loable. El cuarto corte, "Le Bateau", insiste con el tempo alto y los rasgueos infecciosos, y lo redondea con otras estrofas que alteran apreciablemente entre ellas, un meritorio puente y un estribillo que a lo mejor peca de meloso en su melodía y su letra ("It's true, I only wanna be with you"), pero que en todo caso sirve de base para el rapidísimo arpegio con el que adornan su tramo final, y que mejora la impresión general.

"Hold It Steady" por fin baja las revoluciones y nos propone un medio tiempo de notas sorprendentemente bajas en las estrofas, aunque casi llama tanto la atención el volumen y la reverberación de la caja de la batería, muy poco habitual en su indie-rock. La melodía de las mismas es agradable y el estribillo en notas altas las corona con naturalidad, aunque resulte un punto previsible. De todas formas, la parte instrumental con sus mismos acordes y protagonismo para el teclado lo compensa. El extraño comienzo, casi sintético, de "Let's Leave Together", su cuarto sencillo, da paso a un teclado que es casi un silbido y que adornará también los estribillos. Las estrofas nos retrotraen a lo menos tecnificado del pop británico de los ochenta, pero son los estribillos los que me parecen más meritorios. "Blue Damselfly" es, ahora sí, la balada del álbum: como todas las canciones es un tema de sonoridad nítida, elaborada composición y correcta interpretación, si bien le perjudica un estribillo un tanto blando y el hecho de que, paradójicamente, es el único corte que supera los cuatro minutos, de los que podían haberse ahorrado alguno. El octavo corte, "Everything Changed", es mi tema preferido de aquellos que no han visto la luz en formato sencillo: comienza acústica y delicada sobre sendas guitarras, pero cuando entra su estribillo ya sacan su artillería de caja contundente y guitarras distorsionadas, y recuperan así una energía muy conveniente tras el pequeño bache del tema anterior. Y el cambio de progresión armónica en su intervalo instrumental le sienta de maravilla. El cierre lo pone otro tema vertiginoso desde su mismo comienzo: "Bad Guys Always Win" no es un pasaje excesivamente original, pero el cuarteto tira de oficio para crear e instrumentar una composición cuyo mayor mérito es la sorpresa que encierra su minuto final: sin previo aviso pegan un frenazo y cambian The Strokes por un medio tiempo casi pastoral, en el que la voz de Shudall y el teclado principal conviven en magnífica armonía. Y punto y final.

Dado su desarrollo sin tregua, serán necesarias unas cuantas escuchas para convencerse de que el álbum adolece de una colección de sencillos de tanto impacto como la de su disco anterior. Y eso probablemente explique el bajón comercial que ha experimentado en su país, donde ha quedado muy lejos del Top 15 que habían alcanzado todos sus discos anteriores. Visto lo visto, a lo mejor habría sido más inteligente seleccionar lo mejor de ambos "Death And Love" y confeccionar un disco un poco más largo y con todos los momentos estrella concentrados. Pero creo que las ventas no han sido ni son la principal preocupación del cuarteto, que ha preferido en este 2025 exhibir músculo como creador de canciones de pop-rock intemporales aunque desborden la extensión de un único álbum. Y ese pop-rock de calidad es algo que indudablemente han vuelto a conseguir. Así que perdonémosles los defectos de esta entrega, y quedémonos con su solvencia. Porque obivamente Circa Waves no cambiarán el panorama musical internacional, pero son un valor seguro.

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